Al verte, quedo atónito, y una confianza inesperada surge en mí. La tentación de enamorarme se hace presente, y te invito a que me mires, a que veas en mí a alguien que puede proveerte lo que necesitas. Estoy dispuesto a dejar todo por ti, a cambiar mi vida si es necesario. Te pido que me escribas, que dejes fluir tus palabras hacia mí.

La noche no tiene por qué ser complicada ni llena de dudas. No hay razón para luchar contra lo evidente, contra lo que se presenta ante nosotros.

Siento que estamos a punto de sumergirnos en algo profundo, y sé que tú también lo sientes. Esto va más allá de un simple sentimiento; es algo que puedo ver reflejado en tus ojos. Me siento a la deriva, pero contigo encuentro lo que me hacía falta. Con una visión clara, como si fuera 20/21, me veo reflejado en tu mirada. Juntos, podemos crear olas, podemos mover el mundo.

Se acerca el momento, y me pregunto si puedes sentir esa energía vibrante que nos rodea. Podemos hablarlo más a fondo durante unas vacaciones, lejos de las distracciones cotidianas, donde nuestras palabras se conviertan en acciones. Has despertado en mí una nueva pasión, y eso es innegable.

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