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Una lunática al despertar
La madrugada trajo consigo a mi catapultante enojo sin falta, como princesa atada a una bola de acero en su pie.
Siendo la servidumbre de plebeyos que miran mal mis negativas por no querer hacer lo que dicen que debo hacer, pero soy consiente de que en mi decisión está qierer hacer o no hacer nada. Me apesta la vida esta mañana, pues hago sin querer para evitar tener que volver a la reprimenda verbal acompañada de señalamiento.
Mi ceño fruncido imita al Lucifer de la obra del francés Émile Jean Horace Vernet, siendo mi cara de rebeldía tan obvia como el palpitar de mis sienes y corazón que de mi caja torácica quiere salir expulsado.
Ardo en mi molestia, soy la peor, aunque sirva a estos plebes mal agradecidos sin ser agradecida por mi labor, porque quien agradece la esclavitud.... sólo los masoquistas sexuales y sumisos a beneficio propio... ¿y mi beneficio en dónde está?
Aunque a pesar de mis suspiros mal habidos, mi silencio toma el control de toda la atmósfera.
Mi mal sentir se apacigua al saber que el abandono se hace presente, solo quiero estar sola.
El aire es menos denso, la ansiedad se contiene.
Agradezco al canino que en mis brazos duerme, pues su pelaje y su cálido cuerpecito absorben las oscuras energías que enloquecen mi sobre pensante mente.
Así voy cediendo de a poco ante un enojo involuntario que hoy me somete, pero que ya queda poco del inicial.
Aceptar mi rol en este espacio de vida me cuece por dentro.
Filosofando a través de ideas arcaicas del ser o no ser voy, o quizás el viaje en el tiempo constante me ayude a entender algunos porqués de mis decisiones mal decididas.
Divago, lo sé... pero, ahhh, ¿qué hubiese pensado Tales de Mileto con su "arjé" sobre el agua, o Anaximandro con su "Apeirón" universal, o el Anaxímedes con su aire principio de vida?, todos en su tiempo principios fundamentales, ahora todos juntos, pues sin uno no hay otro, ni vida que valga.
Qué tal los otros, de tantas filosofías padres e hijos de otras, mi mente se va tan lejos abrazando mitología griega e intentando desistir de que alguna vez dioses rigieron el mundo plano, centro de todo, pues el ser humano nace y vive sin pruebas de que cuerpo, mente y alma son tres elementos de un solo recipiente, como lo es el agua, el aire y la infinidad de las cosas.
Sí, es un viaje curioso sin pies ni cabeza, sin lo empírico todo pierde sentido, mientras escribir todas estás divagaciones históricas me han alejado años luz de mi enojo.

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© 2023 Alice InWonderland