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Falaz promesa (Colaboración con Georgina Bserini)
Voraz devoro,
lo que me sobró
de mis lamentos y
todo esto lo mento,
el odio que llevo dentro.
Una promesa falaz con
una mente audaz;
lágrimas que han surgido
desde mi tenacidad;
golpes producidos e
inducidos con su afan de mediocridad,
las miserias que no son mías y
las tuve que pagar.

¿No es injusto que yo
lo tenga que transformar?
¡Hacerme cargo de acciones
que no tendí a generar!

¿Fué el azar lo que el dolor me causó sufrimiento?
O
¿Es osado pensar que
son mi maldito reflejo?

Es el flagelo de la musicalidad,
cualidad al escribir poesía,
lo que llevo dentro para
infundir una fantástica travesía;
vencía con mi pluma la tinta ya vencida;
las hojas sedosas que
acariciaban mi alma casi extinta,
una exorbitante y
vibrante forma de amar;
para luego no recibir
absolutamente nada...
Lamentablemente me
conformaba con migajas,
formar una relación
sin ningún tipo de ventaja,
en estas letras te doy
acceso a lo triste de mi alma.

¡Tengan en claro lo que transmite mi ser!

Fué un ayer lo que me aferra
a lo que nunca pudo ser,
pero soy consciente
de que no me genera beneficios,
acceder a un sentimiento
que ya fué sentido...
Volver a repetirlo sin miramiento,
mirar hacia atrás aunque
haya pasado el tiempo.
Sin peros vuelvo a situarme
en el sufrimiento y percibir
que me falta algo para que me
acepten como yo quiero.

¡Es un gran anhelo
que me quieran como lo hago!
Una flecha
Que ha dado en lo oscuro.

Y yo que vomito golosinas.
Devoré aquel presente
en ese pasado.
Esos dientes azucarados
tan perfectos, diferentes.
Lloro hemorragias de sonrisas.

Para limpiarme, baños de lava.
Extintor de mis destellos;
Escultor de mis encierros;
Tirano de mis ventanas;
Pintor ciego de mis miedos.

Repito labios y reflejos.
Dicen que son el alma,
yo los notaba tan espejos.
Invisibles mil defectos.
Te miré con mis dos infiernos.
Querías abrazar mi alma,
te miró desde su entierro.

Querías verla juguetear
Libre y feliz y lastimada;
querías verla y mimarla;
querías sonreírle y cuidarla.
Ella aún recuerda tu habla,
recuerda tu nervioso garabatear.

Una flecha que nunca...
Nunca fue dada.


© Georgina Bserini
© Estoico

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#desamor
#miedos