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escribo lo que no es apto para todo público,
incluso cuando te vislumbro exhausto
embadurnado de abulia
incinerado de cansancio...
un audiolibro te apaga junto a la noche,
o este calvario que acoge lo que escondes,
bajo la voz que te cuenta
o bajo las caricias
que te protegen tanto.
te observo,
yo,
como meditando
como cuestionándote
si el amor es esto que muerdes día a día
si te sabe a sal, miel, aceite
o recetas que te consienten.
escribo, a veces, lo insano
incluso cuando te escucho callado y curioseando,
navegando entre tanta fuente,
requiriendo respuestas siempre serenas,
bálsamos y luciérnagas.
te das cuenta que el mar no es tu casa
sino la brisa que despide su alma,
o la mía
porque soy tu hogar,
acaso,
y vives deambulando en cada habitación que te construyo.
dime
¿tan exiguo se siente recorrer mis espacios?
para bien o para mal,
¿o para hacerme tormenta?
¿o para adentrarme toda tu arena
entre tanto adarce que te humectará?
escribo sobre tu espalda,
ahora,
lo que el viento no transita dulcemente,
y aunque tantos silencios ocultas
yo los leo y los entiendo
incluso cuando te contemplo lejano, boca abajo,
y te dejo hospedado en ese lugar
donde te apagas junto a la noche
y conmigo
y con la voz que te cuenta
audiolibros para dormir,
en mi vida,
¿o sin mí?
© cronozul
incluso cuando te vislumbro exhausto
embadurnado de abulia
incinerado de cansancio...
un audiolibro te apaga junto a la noche,
o este calvario que acoge lo que escondes,
bajo la voz que te cuenta
o bajo las caricias
que te protegen tanto.
te observo,
yo,
como meditando
como cuestionándote
si el amor es esto que muerdes día a día
si te sabe a sal, miel, aceite
o recetas que te consienten.
escribo, a veces, lo insano
incluso cuando te escucho callado y curioseando,
navegando entre tanta fuente,
requiriendo respuestas siempre serenas,
bálsamos y luciérnagas.
te das cuenta que el mar no es tu casa
sino la brisa que despide su alma,
o la mía
porque soy tu hogar,
acaso,
y vives deambulando en cada habitación que te construyo.
dime
¿tan exiguo se siente recorrer mis espacios?
para bien o para mal,
¿o para hacerme tormenta?
¿o para adentrarme toda tu arena
entre tanto adarce que te humectará?
escribo sobre tu espalda,
ahora,
lo que el viento no transita dulcemente,
y aunque tantos silencios ocultas
yo los leo y los entiendo
incluso cuando te contemplo lejano, boca abajo,
y te dejo hospedado en ese lugar
donde te apagas junto a la noche
y conmigo
y con la voz que te cuenta
audiolibros para dormir,
en mi vida,
¿o sin mí?
© cronozul