Llegas a mi corazon como un bufón, burlándote de lo lúgubre, desafiándome contra todo pronóstico.

Vienes para hacer brujería con tu presencia, solo pisas los suelos inalcanzables de mi alma, haces que pueda descansar en paz, dejando a mis alaridos de lado.

Yo no sé bailar, pero me has enseñado cómo hacerlo, con tus genuinos pasos haces absurdos los problemas.

Las acrobacias realzan tu motivo de extraer mi oscuridad, no lo creo, no debo, solo pasa.

Gracias bufón por burlarte de mi poético cadáver radioctivo. Solo me haces reír sin parar de danzar.
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