Mi alma dormida apenas observando, presiente una entidad proveniente de la sombra.
Apenas logra alzar su mirada y sonríe con dulzura.
–¿Qué te trae por aquí?–
Aquella entidad solo cruza sus brazos y mira fijamente a la nada, incapaz de sentir la armonía y el equilibrio proveniente de sus pies.

–Es el fin–, contesta.
–¿El fin..?–, con algo de confusión, el alma quiere repetir para ser aclarada, mas parece que lo ha hecho sola.
–Así que; ya es hora–, menciona no tan asombrada.

El alma olfatea un hermoso girasol, como si fuera la última vez que lo hiciese y, se tumba en el vasto jardín que le abraza en las tardes.
–Espero volver a encontrarme–, murmura.

La entidad asiente y toma delicadamente de sus palmas, como un ligero masaje, la brisa también ayuda a dar tal enigmático espectáculo. Se inclina y parece que, por la contraparte; es consumida de pies a cabeza.

–Solo hay esperanza–, responde la entidad después de digerir la luz que apenas quedaba en el horizonte, el sabor era dulce, pero tan pronto como se terminaba, se tornaba amargo.

–Ahora solo quedo yo–, la entidad parece analizar, se levanta y procede a marchar.
El jardín empieza a encerrarse; las flores a marchitarse y los pocos animales que allí paseaban, a esconderse.

No queda nada, nada, nada, nada.
Pero también queda algo.

La entidad parece haber devorado todo lo que alguna vez estuvo ahí, todo lo que alguna vez fue feliz. Frenéticamente, aquella sombra demuestra su hostilidad, carece de empatia y amor por lo ajeno, se le ha olvidado que somos todo, que si no hay nada, no está él...
¿Cómo?
¿Por qué?
¿Dónde está tu generosidad, dónde está tu simpatía?
No sé.
Sí sé.

¡Basta ya!
¡Qué alguien pare a esa bestia!
Semejante ser no puede habitar en el jardín, el odio de su corazón es como una eterna ceguera, su decepción crece desmesuradamente que me vuelve absorto.

¿Es acaso tanta tu decepción en unidad?
¿Es acaso que tu cariño se está diluyendo hasta a más profundidad ?
¡Por favor, para, me estás lastimando!
¡Nos estás consumiendo, nos estás engullendo!

Parezco recapacitar a tal bestia, a esa sombra que parece no tener luz propia, que acaba con la felicidad de su entorno, que no le gusta soñar, que no le importa nada, que teme a amar...

Se asoma lentamente hacía a mí y juega un poco con mis cabellos, el ambiente es frío, aunque este siempre ha sido cálido.

"Sé que me estoy convirtiendo en un ser hostil, pero; ¿quién fue un ser de luz al lado mío cuando yo lo fui?"


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