He vuelto a escribir, con el alma despierta,
agradezco a quienes, con su voz, no deserta.
Sus palabras son vientos que avivan mi andar,
en este mar de versos, donde quiero soñar.

La vida es impredecible, como un barco de papel,
navega en aguas inciertas, bajo el sol y el laurel.
Cada ola es un reto, cada viento, un compás,
sigo avanzando, valiente, en este viaje fugaz.

Hoy escribo con ánimo, porque aún respiro,
como una aguja que hilvana sueños de giro.
Aunque el mundo sea oscuro, y a veces esté gris,
cada palabra es un faro que guía a mi raíz.

Así, con esperanza, trazo mi destino,
entre mares y tempestades, sin miedo al camino.
La vida, un arte en movimiento sin fin,
y en cada verso renazco, volviendo a empezar en mí.


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