...

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Adiós al amor que me destruyó
Me he cansado de escribir sobre el desamor,
de derramar tinta por un sentimiento que se desvanece.
Este es mi último poema,
el último suspiro de un amor que una vez fue todo,
y que hoy solo es un eco en mi memoria.
Con estas palabras, cierro el capítulo,
y dejo que el viento se lleve lo que queda de ti en mí.

Te amé,
como los atardeceres que tiñen de fuego el cielo de mi pueblo,
cada ocaso fue un recordatorio de la belleza efímera
que encontré en ti, un resplandor que se apaga lentamente.

Te amé,
como el café caliente en las frías mañanas,
una necesidad urgente, un refugio en la rutina,
un consuelo que me llenaba de vida con cada sorbo,
como lo hiciste tú con cada sonrisa.

Te analicé,
como se descifran los enigmas oscuros de Poe,
buscando entender los rincones de tu alma,
donde la luz y la sombra se entrelazaban,
un laberinto que recorrí con temor y fascinación.

Te traté,
con la delicadeza de un pintor acariciando su lienzo,
cada gesto fue un trazo cuidadoso,
un intento por plasmar la perfección en una obra efímera,
aunque al final, mis manos no supieron retenerte.

Te adoré,
como un devoto perdido en una fe quebrada,
aferrándome a la esperanza,
aunque sabía que mi devoción solo encontraría vacío,
y aún así, te ofrecí cada oración, cada pensamiento.

Quise explorar tus misterios,
como Lovecraft en sus relatos más oscuros,
sumergiéndome en los abismos de tus miedos y deseos,
deseando desentrañar lo prohibido,
aunque en ello perdiera mi propia cordura.

Te llené de amor,
como Benedetti llenó de versos el mundo,
en cada palabra, en cada susurro,
dejé un pedazo de mi alma,
un legado de lo que nunca fue y siempre será.

Pero esto queda en un pasado,
un pasado que hoy duele como una herida fresca,
pero que debo aprender a abrazar,
a sobrellevar, como se lleva una cicatriz.

Te dije que te quería,
y no lo niego, aún lo siento en cada fibra,
pero las historias tienen un final,
y aunque dejarte ir nunca fue mi elección,
si es por tu bien,
moriría mil veces, en un pozo profundo,
inundado de sentimientos que aún guardo por ti.