...

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Dagas de un dolor que no se olvida.
Será mejor olvidarme de todo,
A tan grande dolor que siento, me pregunto;
¿Cómo olvidar, si no solo está en mi mente?
¿Si no son solo los recuerdos grabados los que quedan?

Y lo cierto es que no.
No se puede olvidar.
A quien con gran ilusión una vez se ha admirado.
A quien con gran ilusión una vez se ha amado.
Quien, detrás de todo magnífico recuerdo, opaca su paso dejando un rastro de tristeza,
que como una filosa daga se clava, aquí, en el centro del corazón.

© Quilen_sb