Cuatro de la mañana y mi dama la tengo al lado,
ella durmiendo y soñando y yo soñando no ser dueño de toda su vida entera, imaginando me la niega, dejándome amando sólo con su otra mitad que enferma.

Esta madrugada quisiera escribir lo que atormenta,
sus ojos y sus pestañas que me dan muerte suprema,
su carisma tan amargo, agridulce de vez en cuando,
y ese pelo de medusa tan sedoso mientras tanto.

No eres la única que duda del amor que yo te brindo, pues dudo más de mi mismo al saber que te he dado tanto, sin embargo no hay arrepentimiento de lo otorgado, sé que vas a valorarlo esté vigente o expirado.

Quiero que me mires fijo y me digas eso de siempre, eso que ya no me dices, eso que tú sólo sabes, que me añores y que incluso quieras llorar si estoy lejos, pero te has acostumbrado a acompañarte en el espejo.

En cambio yo, no me encuentro nada quieto si lo único que yo observo es mi reflejo en el espejo, no me basta con mentirme diciendo que estoy contento si siento que todo cambia pero no cambia lo nuestro.

¿O nos aferramos a ganar o tiramos la toalla?
es que aveces pareciera que se te agotan las ganas,
es que aveces pareciera como si no te importara,
y en pequeñas ocasiones te rindes como si nada.

Las ganas nos sobran, lo que nos falta es valentía
para guerrear los problemas que nos surjan día con día,
pon una fracción pequeña de empeño, yo doy la vida,
aunque no sería gran cosa, pero de algo serviría.


Me anticipé a lo siniestro y sin querer he dado al clavo y se ha tornado una realidad ese sueño oxidado,
ahora vivo en ilusión como vive un ilusionado,
con la realidad pintada de un 𝔠𝔬𝔩𝔬𝔯 𝔫𝔢𝔤𝔯𝔬 𝔪𝔲𝔫𝔡𝔞𝔫𝔬.


© •K A O S•