Quedate a que te ate,
atentamente trataré de tentarte,
desquiciada andaré,
volando errante;
antes de aferrarme
a esos besos delirantes.
Luego intento tocarte
mientras aguardas fríamente
hasta engañarme,
arañaré esa oscuridad impenetrable
aunque no me permita odiarte
pero si quizás vengarme.
Alejarme para luego buscarte,
controlarte para luego
pedir disculpas y abrazarte;
desarmé cada pieza indescifrable y
por fiarme hoy estoy
pagando mi miseria y es por amarte...

Eres pecado,
me lanzo a mirarte,
mi cabeza se desespera
con solo alcanzarte...
Los impulsos son constantes y
punzo cortantes;
desgarrar mi piel por pensarte;
saciar mi sed con tu sangre,
probar tu miel e hipnotizarme,
la noticia será decapitarte,
cortar tu suave cuello y
exhibirlo en un estante,
es bastante irracional lo
que surge en mí...
Es que te amo tanto aunque
hayas dejado en mí una gigante cicatriz.

Mis huesos en la matriz
Por un desliz pecaminoso.
En el foso, mil heridas
Que me dejan cicatriz.
El matiz de tus pigmentos,
Cuando miento lentamente,
Agrego el negro a mi mente
Volviendo oscuro Madrid.
Pueblas las tinieblas
Que a tientas tientan amargas,
Velas en la niebla
Sobre un ajado tapiz.
Aprendiz de ser feliz,
Con un lápiz y un cuaderno,
Descendiendo del averno
Mi infierno está junto a ti.

Alabanza a la venganza,
La danza de amor y muerte,
No tenerte me convierte
En un mendigo de esperanza,
La alianza que no alcanza
Para no poder perderte,
Parece que se divierte
El destino con esta ultranza.
La amenaza que me abraza
Disfraza este cruel tormento,
Lamento de un sentimiento
Que agónico se desplaza.
Se entrelaza tu sonrisa
Con la brisa en este ocaso,
Paso a paso dejo atrás ese amor,
Rebosó el vaso…

© M.Aokigahara ft Georgina Bserini