Esquirlas del Corazón
En el susurro del viento, dos almas se entrelazan,
en un abrazo de amor que las lágrimas abrazan.
Ella, con el corazón en pedazos, pero lleno de fe,
él, con el peso del remordimiento, pero sin querer ceder.
En el lienzo del destino, tejido con hilos de pasión,
cada lágrima, cada suspiro, una dolorosa canción.
Ella, con su amor inquebrantable, enfrenta la tormenta,
él, luchando contra sus demonios, en una eterna afrenta.
Una tarde sombría, en la penumbra del atardecer,
ella pregunta con voz temblorosa, sin querer perder:
"¿Por qué, amor, me hieres tanto, con cruel desdén?",
Él, con el corazón roto, le ofrece su confesión:
"Aunque mis actos hieran, ¿serías incapaz de perdonar?
Mi amor por ti, eterno, siempre estará al acechar."
Ella, con lágrimas en los ojos, responde en su agonía:
"Tu amor me hiere más que cualquier palabra vacía".
En el silencio de la noche, el dolor les acecha,
un desenlace amargo, una sombría madeja.
Dos almas unidas por un lazo irrompible,
pero destinadas a sufrir en el abismo invisible.
En un giro del destino, la tragedia se apodera,
un desenlace inevitable, una cruel quimera.
El amor, en su pureza, se eleva hacia el firmamento,
mientras las estrellas lloran su triste lamento.
© Leley "Blue"
en un abrazo de amor que las lágrimas abrazan.
Ella, con el corazón en pedazos, pero lleno de fe,
él, con el peso del remordimiento, pero sin querer ceder.
En el lienzo del destino, tejido con hilos de pasión,
cada lágrima, cada suspiro, una dolorosa canción.
Ella, con su amor inquebrantable, enfrenta la tormenta,
él, luchando contra sus demonios, en una eterna afrenta.
Una tarde sombría, en la penumbra del atardecer,
ella pregunta con voz temblorosa, sin querer perder:
"¿Por qué, amor, me hieres tanto, con cruel desdén?",
Él, con el corazón roto, le ofrece su confesión:
"Aunque mis actos hieran, ¿serías incapaz de perdonar?
Mi amor por ti, eterno, siempre estará al acechar."
Ella, con lágrimas en los ojos, responde en su agonía:
"Tu amor me hiere más que cualquier palabra vacía".
En el silencio de la noche, el dolor les acecha,
un desenlace amargo, una sombría madeja.
Dos almas unidas por un lazo irrompible,
pero destinadas a sufrir en el abismo invisible.
En un giro del destino, la tragedia se apodera,
un desenlace inevitable, una cruel quimera.
El amor, en su pureza, se eleva hacia el firmamento,
mientras las estrellas lloran su triste lamento.
© Leley "Blue"