Del mundo caen los relámpagos a mis manos
por querer tocar su cuerpo iluminado
por querer atravesar el fuego de sus labios sentenciados
Al querer amarla solo por la noche, a mi corazón han asesinado.

Las flores carmesí de su boca eran mías
Las rosas azules de mi cielo eran suyas
Pero solo para mi cuerpo las llamas eran el regalo
Y solo para el frió invernal mi piel era el armario.

Mis dedos, mis uñas y mis manos
Su pelo, su boca y un abrazo
La mordida, la araña y la mañana
La marca, la tela, una noche y el fin de tu llamada.

Una lágrima un silencio una cantada
Una palabra una escritura en su pared sagrada
A puros besos de agua a puros labios de sus plantas arraigadas
A puros cuerpos amándose a puros ojos mirándose a puras y calladas pestañas cerrándose
A puras señales a puras lamentadas a puros gritos del alma
A puras frases de te quiero a puras frases de no me dejes a puros llantos de no me abandones
A pura vida y a pura muerte nos deseábamos tanto y tanto que el cielo decidió llevarte y arrancarte de mis malditos brazos
© Diego Ojeda rain