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Media Luna


Dícese que hay medias naranjas en el amor, que complementan en la vida del ser humano todo aquello que hace falta por defecto de creación, aunque algunos solo encuentran su medio limón.

Caminando un día sobre la vía sagrada de la vida misma, me encontré sumido en la negra noche y solo ví a lo lejos en el inmenso mar de arriba una media Luna, quién me miraba con sus ojitos negros llenos de admirable belleza y pude sonreír a pesar de tanta oscuridad.

Tú eres mi media Luna, esa que veo a lo lejos y me hace sonreír, aquella que tiene el dulce carisma que alegra mi alma y su luz tintineante desborda mis ojos hasta el punto del amor.

Bordeando las montañas de la incomprensión me encuentro, no hay frío, ni calor, solo tormento, pero en medio del dolor abrazador, hay una media Luna que me regala su risa contagiante y con gran altura me dice que hay día, después de la madrugada oscura.

Ezequiel Rizo
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