Una desconocida que conozco de más
En estas noches me abrazo al rincón más oscuro de mi cuarto,
donde la soledad es un espectro que murmura tu nombre.
La pluma se sumerge en la sangre que gotea del corazón,
y los versos más tristes se arrastran,
como sombras frías bajo la mirada inmóvil de la luna.
Es una condena pasar a tu lado,
sentir la helada indiferencia que nos convierte en extraños.
Pero somos más que eso,
somos desconocidos que se conocen como nadie,
te miro y veo en tus ojos los abismos de tus miedos,
los secretos que arden en silencio,
la forma en que tu alma respira,
y el dolor que llevas oculto bajo esa sonrisa.
Sé tanto de ti, amor mío,
que si el destino me obligara a hablar de ti,
no existiría orador más triste, más trágico,
capaz de narrar con la voz quebrada
todo lo que guardas en tu corazón.
Sé tanto de ti,
que a veces siento que ya me has olvidado,
que mi recuerdo se ha desvanecido en la penumbra,
pero otras...
donde la soledad es un espectro que murmura tu nombre.
La pluma se sumerge en la sangre que gotea del corazón,
y los versos más tristes se arrastran,
como sombras frías bajo la mirada inmóvil de la luna.
Es una condena pasar a tu lado,
sentir la helada indiferencia que nos convierte en extraños.
Pero somos más que eso,
somos desconocidos que se conocen como nadie,
te miro y veo en tus ojos los abismos de tus miedos,
los secretos que arden en silencio,
la forma en que tu alma respira,
y el dolor que llevas oculto bajo esa sonrisa.
Sé tanto de ti, amor mío,
que si el destino me obligara a hablar de ti,
no existiría orador más triste, más trágico,
capaz de narrar con la voz quebrada
todo lo que guardas en tu corazón.
Sé tanto de ti,
que a veces siento que ya me has olvidado,
que mi recuerdo se ha desvanecido en la penumbra,
pero otras...