Brillo Infinito
Bajo el éter reluciente, en la noche radiante,
nuestro amor florece como un lirio fragante.
Las constelaciones, testigos de nuestra unión,
trazan en el firmamento nuestra eterna canción.
En cada lucero, un destello de pasión ardiente,
en cada rincón del cielo, un recuerdo reluciente.
Somos como los astros, destinados a danzar juntos,
en un universo de amor donde no hay más asuntos.
Las lunas nos observan con envidia reverente,
mientras bailan en la bóveda con gracia inminente.
Sus rayos acarician nuestros cuerpos entrelazados,
mientras el cosmos entero nos contempla enamorados.
Entre los astros, hallamos nuestro refugio,
un rincón donde el tiempo es solo un fugaz bullicio.
Y en la vastedad del universo, nuestro amor se expande,
como las galaxias que se entrelazan en una danza vibrante.
En cada constelación, una historia de amor eterno,
en cada estrella fugaz, un deseo sempiterno.
Bajo el velo estrellado, te ofrezco mi corazón,
pues en este vasto universo, eres mi única razón.
© Leley "Blue"
nuestro amor florece como un lirio fragante.
Las constelaciones, testigos de nuestra unión,
trazan en el firmamento nuestra eterna canción.
En cada lucero, un destello de pasión ardiente,
en cada rincón del cielo, un recuerdo reluciente.
Somos como los astros, destinados a danzar juntos,
en un universo de amor donde no hay más asuntos.
Las lunas nos observan con envidia reverente,
mientras bailan en la bóveda con gracia inminente.
Sus rayos acarician nuestros cuerpos entrelazados,
mientras el cosmos entero nos contempla enamorados.
Entre los astros, hallamos nuestro refugio,
un rincón donde el tiempo es solo un fugaz bullicio.
Y en la vastedad del universo, nuestro amor se expande,
como las galaxias que se entrelazan en una danza vibrante.
En cada constelación, una historia de amor eterno,
en cada estrella fugaz, un deseo sempiterno.
Bajo el velo estrellado, te ofrezco mi corazón,
pues en este vasto universo, eres mi única razón.
© Leley "Blue"