A través de los años, de cientos de vivencias y experiencias, mi persona ha desarrollado miles de miedos, temor a no llegar a ser tan exitoso como deseo, temor a sufrir la pérdida de familiares.

Muchos pensarán, temor a la muerte,
¡Que va!, total, es un proceso natural y a todos nos ha de llegar, pero hay un miedo especial, ese qué no deja dormir ni te permite respirar con comodidad.

Dentro de miles de dichosas vivencias y experiencias, hay unas cuantas en particular, las cuales, he disfrutado con la persona que llego a dar luz a mi vida, a mostrarme lo que tanto anhelaba ver, conocer, querer, y que ha su vez, se ha convertido el el peor miedo que puedo tener, miedo de ya no tener su querer, miedo de poderla perder.


© Asdrubal