...

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Noche
Un sentimiento abrumador se hace presente cada noche, perturbador e hiriente, sin descripción.

Algo en mi pecho, que no sabía que existía y mucho menos que se sentía. Tal vez es la ausencia de la presencia de mi misma o simplemente mi conciente perturbado sin clemencia.

Mis latidos débiles, pero mis sentidos intactos como si de un bebé se tratase, como si de un leopardo hambriento hablase. Mis piernas débiles y ahora con pensamiento propio, un razonamiento complejo de si un paso más puede dar.

Los pensamientos ya no son fugaces, permanecen en mi salvó que en el día mis oídos son sordos, aunque en la oscura noche fría se hacen presentes con un "Adiós y Buenos días".

El olvido del dormir y el recuerdo de la tranquilidad son los que permanecen; el escuchar, razonar y tocar son aún más ausentes.

Un suspiro de ayuda es la gran señal, que se mi puede escapar.



© kbetzavethluque