Diálogo

Alma:
En este rincón, mi voz se ha alzado,
anhelo compañía, un sueño alcanzado.
¿Acaso el amor es solo un mercado,
donde el oro brilla y el corazón queda olvidado?
Sin dinero, ¿seré solo arena en el mar,
olvidada por la brisa que pasa sin cesar?
¿No somos más que olas en un vasto océano,
perdidas en la corriente de un mundo insano?

Dinero:
Oh, alma errante, sin brillo ni gala,
vives en un mundo donde todo se escala.
Mi poder es la llave que todo lo ampara,
sin mí, la amistad se torna lejana.
Conmigo, muchas almas te brindan su voz,
te darán lo que quieras, serán tu adiós.
Tendrás un poder especial sobre lo material,
nada será imposible si me haces tu aliado especial.
No te faltará, lo superficial estará lleno de lo material,
serás, un lujo especial.

Riqueza:
Alma ilusionada, buscas una fantasía,
no vivirás sin mí, soy tu melodía.
Pongo condiciones para que todo brille,
siempre y cuando el oro y las joyas destillen.
Acumula sin parar, ese es tu destino,
y no te detengas, no busques el camino.
Cada rosa, cada perfume, todo es trivial,
mientras más tengas, serás triunfal.

Miedo:
Temes a la sombra que acecha tu andar, alma inquieta, detente a pensar,
el futuro es incierto, un eterno vagar.
Para tus ilusiones no hay lugar en la existencia.
Cada latido resuena con angustia, eres ausencia incierta,
la soledad pesa, es carga y es fúria desierta.

Ansiedad:
En tu pecho, alma inquieta, se agita un tumulto eterno,
el tiempo se arrastra, como sombra en el invierno.
Las horas se llenan de dudas y anhelos,
y el silencio te atrapa en oscuros velos.

Enfermedad:
No olvides mi abrazo, a veces tan frío,
soy quien recuerda lo efímero y lo superficial . Alma todo es insustancial.
Real es la vida, como un hilo que puede quebrarse,
en la fragilidad, tu alma ha de hallarse.

Muerte:
Soy la compañera en cada jornada,
la sombra que viene, la no esperada. Alma, cada pincelada negada.
Helada, será mi presencia.
Silencia mi sombra tu alfombra de vitalidad.
En totalidad, temes a mi paso, en el ciclo profundo,
pues en la partida no tendrás más segundos.
Soy quien despierta la conciencia dormida,
que creía ser feliz en su travesía.
Si paso a tu lado, todo parecerá banal,
pero si me quedo, olvidarás la unicidad.
Muchos me han temido, buscando escapar,
pero en la entrega, hallan lo que es amar.

Amor Ágape:
Alma inquieta, la muerte y el miedo te han hablado,
pero existe un amor que es puro y sagrado.
No mira lo que tienes, ni el brillo exterior,
sino que te abraza con sincero fervor.
Sin miedo a la miseria, sin mirar atrás,
es un amor real que siempre brilla en paz.
Deja a un lado el temor de fracasar,
pues eres un manantial que puede amar.
Nadie puede llevarse tu felicidad,
es un tesoro que vive en tu verdad.

Amistad Real:
Querida alma viajera, yo soy la risa,
una mano tendida en la más oscura brisa.
He visto al dinero poner precio a lo humano,
pero lo invaluable no puede ser en vano.
¿Cómo compararte si eres única en esencia?
No te dejes vencer por la mala experiencia.
La venganza no es camino, ni el odio sanará,
pues envenenará el alma, y la paz no vendrá.
Mírate en el espejo, no estás solitaria,
pues pensamientos negativos son solo una bruma diaria.

Indiferencia:
Alma abatida, el mundo te ha hablado,
dinero y poder han marcado tu estado.
Soy la sombra cercana, el murmullo que apaga,
¿crees que el mundo se detiene si el oro no halaga?
Si no traes riqueza, te vuelves un lamento,
buscando en la nada, sin rumbo ni aliento.

Alma:
Hoy muchas voces hablan en mi interior,
cada una me muestra un camino, un dolor.
El dinero y su poder revelan lo incierto,
mientras el amor ágape me enseña a trascender el desconcierto.
El miedo al fin de la vitalidad, ya no me doblegará,
me hará valorar cada instante, cada día que se acercará.
A pesar de la lucha, en mi pecho hay un fuego,
una llama de bienestar que persistirá sin desertar.
Quizás algún día, en el aire flotante,
haya quien vea mi esencia, mi canto vibrante.

La riqueza no es mala, ni un mero leño tierno,
mas al final del día, si no tienes paz,
ni amor, ni amistad, lo valioso no estará en el cuaderno.
Puedes acumular oro, joyas y fortuna,
pero sin lo invaluable, ¿qué queda en la bruma?
Al final, lo que importa no es solo el brillo,
sino el abrazo sincero que cura el destello.
Porque en el viaje, lo que de verdad permanece,
es el amor sin medida, la amistad, el amor que enaltece.


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