No quiero ser el primero en tu vida. Sé que antes de mi hubo otros, te mostraron mundos distintos, te enseñaron a amar y también ser amada.

No quiero ser tu segunda opción, de esas que recurres solo por la carencia y la necesidad, como el chupón de un bebé al no tener el seno de su madre.

Tampoco quiero ser ese al que le debas dar mucha atención, porque lo que hace atractiva a una mujer es su interindependencia, su capacidad de manejar su vida y convivir con quiénes ama.

Mucho menos quiero ser el último, aquel cuya esencia se esfuma en tus sentidos, donde ya no habita más en tu corazón y muere lentamente en el olvido.

Quiero ser ese que se maraville de tu mundo, que aprenda a amarte tal como tu alma anhela y tu cuerpo desea.

Quiero ser esa fuente de inspiración que te anime a seguir viviendo, convertirme en tu musa para que realices el bello cuadro de tu vida con las pinceladas de mi nombre.

Quiero ser ese que no solamente despierte a tu lado en las mañanas, si no que habite en tus sueños y sentidos antes de volver a la realidad, ser la causa de tu sonrisa mañanera.

Quiero pertenecer en ti, en tu mente, tu corazón, tus actos y metas. No quiero ser tu media naranja perdida, quiero ser aquel que te ame porque eres una mujer completa.


© Oscar Adrián Díaz