Me perdí en las sensaciones de tristezas, dolores y tragedias.
Era como si las alas se me hayan sido arrebatadas y el descenso haya sido demasiado doloroso de aceptar.
La luna y las estrellas fueron las únicas que me sonrieron mientras caía, y cada hueso al impactar, se quebró... igual que mi corazón...
al igual que mi corazón.

El sol desapareció y al abrir los ojos, el dolor de mi nueva realidad fue fatal.
Intenté levantarme tantas veces, pero al intentarlo cada hueso roto levantaba una protesta, una orquesta imposible de soportar.

Intenté levantarme tantas veces.
Pero cada parte en mí se rompió.
Intenté el dolor ignorar, y las desgracias por alto pasar.
Pero cada parte de mí se tenía que reparar.

Sigo intentando del suelo poderme levantar,
aún puedo escuchar mis huesos rotos tronar en cada intento desesperado de movilidad.
Aún sigo intentando los huesos y el alma costurar y pegar...
para poder de nuevo brillar.
Para mis sueños alcanzar.
Para el vuelo volver a alzar.

© Estefany Hernandez