Me elevé a la sombra de la sombra de un murmullo,
Que sediento se asomaba entre tus labios de zafiro,
Impaciente se desnuda, el deseo de tu capullo,
Incendiando el fuego de mis ganas, en las alas de un suspiro.

Peregrino en los jardines de tu piel de agua de rosas,
Bebiendo de tu cuello y de tu espalda de riachuelo,
Arrojándome al caudal, de curvas peligrosas,
De tus cenos hipnotistas, que me raptan con su anzuelo.

En las puertas que me llaman, por debajo de tu ombligo,
Toco el timbre secreto, que invoca tu locura,
Por túneles de mieles y de trigo yo persigo,
Los sabores mas sublimes de la flor de tu ternura.

Resguardo mi semilla, en el laurel de tus castillos,
Envolviendo con mis ansias, tu pudor de terciopelo,
Y en los liquidos sonidos que se mezclan con los grillos,
Eyaculo mis sentidos, en los huecos de tu cielo.

Ooz.
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