Das vueltas en mi cabeza
como el pensamiento que no cesa,
persistente e incansable te adueñas,
llenando mi mente de incógnitas eternas.

Eres el rompecabezas sin resolver,
la melodía que no puedo contener,
mi pensamiento constante, mi laberinto,
enredado entre tus ojos y mi instinto.

Enigmática presencia que me envuelve,
como el humo que al cielo se eleva,
en cada suspiro siento tu esencia,
y mi mente se pierde en tu existencia.

¿Quién eres tú, musa enmascarada?
¿Una ilusión o una verdad encarnada?
Eres la pregunta que no tiene respuesta,
el dilema que mi razón no procesa.

Como un filósofo en su tristeza,
busco en tus ojos la verdad extensa,
pero solo encuentro un sueño hecho de aura,
que me envuelve y me atrapa en su dulce armonía.

Das vueltas en mi cabeza, incesante,
como un astro que sigue su curso errante,
y yo, un simple mortal en deriva,
me pierdo en el laberinto de tu vida.

Eres un enigma que el tiempo revelará,
un misterio que mi alma intentará desvelar,
y mientras tanto, en mi mente te quedas,
das vueltas y vueltas, y mi amor te anhela.
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