NO SON MIS PALABRAS...
No son mis palabras, ni mis sentimientos son los versos de la piel del carpintero, del maestro, de la mujer casada, del niño pequeño, de la joven o de cualquier corazón que late por la vida con dolor o sin tenerlo.
No son mis palabras, son el discurso del firmamento que me habla todos los días para que tenga el reconocimiento de lo natural que en todos lados me lo encuentro. Es así, la aurora y el desierto, la selva, el bosque y todo lo oriundo que nace en el lápiz de un poeta despierto que ama y siente como el roció toca el suelo en la mañana o la noche de un nuevo entendimiento que no esconde nada y todo lo tiene son los escritos más profundos que se desatan en el fuego sin apagar porque lo enciende todo con calidez...
No son mis palabras, son el discurso del firmamento que me habla todos los días para que tenga el reconocimiento de lo natural que en todos lados me lo encuentro. Es así, la aurora y el desierto, la selva, el bosque y todo lo oriundo que nace en el lápiz de un poeta despierto que ama y siente como el roció toca el suelo en la mañana o la noche de un nuevo entendimiento que no esconde nada y todo lo tiene son los escritos más profundos que se desatan en el fuego sin apagar porque lo enciende todo con calidez...