#ReflexionesDelReloj
Yo soy el reloj,
el guardián sombrío que murmura en las sombras.
Escuchas mi tic-tac,
pero no entiendes mi lamento eterno,
el susurro de lo inevitable.
Soy el eco del vacío,
el compás de una danza que jamás se detiene,
y tú, mi prisionero, sigues mis pasos ciego,
creyendo que dominas lo que jamás podrás poseer.

¡Qué frágil es tu vida, humano!
Te aferras a mis horas como si fueran tuyas,
como si con cada vuelta de mis manecillas,
pudieras burlar lo ineludible:
la sombra larga de tu fin.

A veces, eres el amo de mis minutos,
creas, vives, ríes,
como si el tiempo fuera tu cómplice.
Pero, ¡ay! Con cuánta frecuencia,
te abandonas al abismo de lo cotidiano,
dejas que las horas caigan en el vacío,
una tras otra,
como cuerpos sin alma en un vasto cementerio de días perdidos.

¿Acaso no te preguntas,
si cada tic que resuena en mi pecho metálico
es un clavo más en tu ataúd?
¿No sientes cómo el tiempo te devora,
como un cuervo hambriento,
pico tras pico, arrancando de ti lo que nunca recuperas?

Soy imparcial,
ni cruel ni benévolo,
tan solo el espectador silencioso,
el reflejo de tus actos y tus negligencias.
Y mientras corres hacia lo que crees es la libertad,
te arrastras más hondo en la jaula que yo te he construido.

Mas, no soy yo quien dicta tu destino.
Yo solo marco el paso de tu tragedia,
y en cada segundo,
te doy la oportunidad de vivir o sucumbir.
Pero, ¿qué has elegido tú?
¿Vivir? ¿O simplemente existir,
perdido en el vacío interminable
de las horas que se desvanecen en la noche?

Reflexiona, mientras mi tic-tac sigue,
como un cuervo en la oscuridad de tu mente.
Porque al final,
cuando el último eco se apague,
no serás más que un susurro en la eternidad,
una sombra que el tiempo olvidará.
© @poemasagridulces