Caridad
He hecho una pequeña caridad, seguramente nada desinteresada. Me veo desnudo en el espejo del tocador que está frente a su cama, y su mano cálida se alarga y me acaricia temblorosa, recobrando de su memoria aquellas lejanas y desusadas formas suyas de amar, sintiendo en mi cuerpo, tal vez, aquellos cuerpos amados de sus mejores tiempos, buscando en mi pecho el ímpetu de su juventud lejana. Pero su ahondar en la memoria la traiciona, y sus caricias se tornan más las de una madre que las de una amante, y mi cuerpo se recoge buscando abrigo, pero un foso se abre y ahoga mi deseo, empujándome huir de su tibieza y de su olor a hembra, a verme solo más allá de la puerta, en las frías calles mercúricas de la madrugada.
© Mauricio Arias correa
© Mauricio Arias correa