Una batalla dentro de mí.
Esta noche, como en otras, no sé que más escribir.
Unas veces me surgen las ideas y otras que no logro distinguir.
Pensarte me concede la expansión total de mis pensares.
Y esos mismos apocopa mis futuros inspirares.
Más que apocopar; todo de ti absorbe cada manojo de conocimiento, sentimientos y emociones.
Chispas de impulsos que hacen que mi cuerpo goce, se emotive o explote de desilusiones.
Que se alegre, entristezca o en el acto, me desmorone.
Es una lucha pareja dentro de mí.
Una lucha desde que supe de ti.
No sé quién podrá ganar en esta contienda.
Ambos lados se esmeran en cada reprimenda.
Los rounds parecen no acabar.
El público espera con ansias un ganador en este raro
batallar.
Soy el réferi que mantiene la balanza estable de estos contrincantes singulares.
Que danzan alrededor de mí, con movimientos circulares.
Las esquinas del cuadrilátero creadas en mi mente las ocupan estos dos sentimientos, estas dos fuerzas que le brindan a mi alma y a mis emociones el toque aquel que demuestro en cada texto… en cada escrito.
Bien sea cada línea con emotiva felicidad.
O aquella con oscura frialdad.
No quisiera hacer de esto un hito.
Que resalte sucesos que me venza.
Ni tampoco demostrar debilidad, sino al contrario ser constante y luchar cada día que para mí comienza.
Hacerlo sin mirar atrás con total entereza.
© Luismar Soto
Unas veces me surgen las ideas y otras que no logro distinguir.
Pensarte me concede la expansión total de mis pensares.
Y esos mismos apocopa mis futuros inspirares.
Más que apocopar; todo de ti absorbe cada manojo de conocimiento, sentimientos y emociones.
Chispas de impulsos que hacen que mi cuerpo goce, se emotive o explote de desilusiones.
Que se alegre, entristezca o en el acto, me desmorone.
Es una lucha pareja dentro de mí.
Una lucha desde que supe de ti.
No sé quién podrá ganar en esta contienda.
Ambos lados se esmeran en cada reprimenda.
Los rounds parecen no acabar.
El público espera con ansias un ganador en este raro
batallar.
Soy el réferi que mantiene la balanza estable de estos contrincantes singulares.
Que danzan alrededor de mí, con movimientos circulares.
Las esquinas del cuadrilátero creadas en mi mente las ocupan estos dos sentimientos, estas dos fuerzas que le brindan a mi alma y a mis emociones el toque aquel que demuestro en cada texto… en cada escrito.
Bien sea cada línea con emotiva felicidad.
O aquella con oscura frialdad.
No quisiera hacer de esto un hito.
Que resalte sucesos que me venza.
Ni tampoco demostrar debilidad, sino al contrario ser constante y luchar cada día que para mí comienza.
Hacerlo sin mirar atrás con total entereza.
© Luismar Soto