Por favor, extrañame.
Tal vez, alguna noche infernal extrañara mi eterna adoración, las palabras de admiración, mis acciones sin mala intención.
No quiero que la culpa lo siga encadenando, su pobre corazón, que por él, el mío suspiro, se ve atormentado por los castigos que le fueron asignados. Que ha él de esperar, después de todo, es lo consecuente a sus inespicables...
No quiero que la culpa lo siga encadenando, su pobre corazón, que por él, el mío suspiro, se ve atormentado por los castigos que le fueron asignados. Que ha él de esperar, después de todo, es lo consecuente a sus inespicables...