¿Por qué tú?¿Por qué él?
¿Por qué viniste a mi vida,
si nunca pensaste quedarte?
¿Por qué permitiste
que me perdiera en tu piel,
en tus palabras suaves
y en las promesas que murieron
antes de nacer?
Te amé,
te amé hasta en tus ausencias,
hasta en los silencios
donde otros solo veían vacío.
Y ahora dime,
¿cómo fue posible?
¿Cómo pudiste darle tus labios
a alguien que sabía
lo mucho que te quería?
No era mi hermano,
pero sí un amigo
que aprendí a apreciar,
alguien en quien confié
mi risa, mi compañía,
quizás demasiado.
Él,
con su sonrisa tranquila
y su mirada llena de certezas,
tomó lo que nunca le perteneció.
No te amaba,
lo sé.
Solo te usó,
como una herramienta frágil,
como un puente hacia otra guerra,
una batalla que no era mía,
ni...
si nunca pensaste quedarte?
¿Por qué permitiste
que me perdiera en tu piel,
en tus palabras suaves
y en las promesas que murieron
antes de nacer?
Te amé,
te amé hasta en tus ausencias,
hasta en los silencios
donde otros solo veían vacío.
Y ahora dime,
¿cómo fue posible?
¿Cómo pudiste darle tus labios
a alguien que sabía
lo mucho que te quería?
No era mi hermano,
pero sí un amigo
que aprendí a apreciar,
alguien en quien confié
mi risa, mi compañía,
quizás demasiado.
Él,
con su sonrisa tranquila
y su mirada llena de certezas,
tomó lo que nunca le perteneció.
No te amaba,
lo sé.
Solo te usó,
como una herramienta frágil,
como un puente hacia otra guerra,
una batalla que no era mía,
ni...