Palabras más, palabras menos.
Y si mi alma,
que se astilla sin que la toquen,
que –trémula– cae
con la tristeza del gorrión muerto,
que viste un gamulán de nívea...
que se astilla sin que la toquen,
que –trémula– cae
con la tristeza del gorrión muerto,
que viste un gamulán de nívea...