...

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ceniza
Cuando por fin creí que mi vida era algo,siempre me sentido vacío y la vida ha carecido de valor para mi.
Sentado en la silla frente a una mesa de madera veía un libro de gorrión.
Javier castillo.
Nunca lo pude leer aunque siempre me lo había 5, la navaja descansaba sobre la mesa,era una navaja automática con la punta muy afilada hacia tiempo que en mi cabeza no corría estos pensares y mis pensamientos se llenaban de oscuridad y se teñian de un mar de asquerosa pestilencia que deboraba mi alma.
Mi gorrion se llamaba lara.
Tan dulce,tan alegría ,fuerte y fabril al mismo tiempo.
No podía vivir sin ella.no me imaginaba el mundo sin ella,miraba las venas de las muñecas y me preguntaba si el acero de la navaja Le gustaría masticar mi vida.
Cerré los ojos y seguía ese pensamiento en mi mente,masticaba las paredes de mi cabeza,pero en mi corazón estaba mi dulce lara.
Mi gorrion azul.
Mi dulce ángel de ojitos azules,de entre el mar de tristeza escribía en mi cara sonrisa al decir su nombre.
Todas las cosas tienen su causa y su peso,mi alma era un inmenso agujero lleno de oscuridad que invadía cada rincon de mi alma.
Vivíamos en almerimar,que sitio tan bonito para nacer el amor,para limpiar el corazón de porquería,mire por la ventana y se arranco a llover,no podía evitar cubrir en mi memoria de nostalgia unos recuerdos llenos de veneno,que dejaba mi corazón cubierto de cristales.
Mi amor aquel día de enero donde un 16 marca un principio y un final en toda mi alma,no era de estrañar que mis ganas de vivir y todo cuanto conocía  en el mundo no fuese más que violencia y sangre.
No recordaba cuantas fracturas tenía en lo nudillos,dolía cuando se arrancaba a llover,aquel en lo alto del edificio más alto del ejido llovía como nunca.
Me dolía los nudillo y sentía como las manos se querían partir.
Los reglones que nos escribe un dios egoista se tuerce y deja el alma manchada de sangre.
Ante mi estaba mi padre Lucía una gran embriaguez y a su alrededor unos hombres lo acompañaban como siempre,estaban armados asta los dientes.
La lluvia por otro lado no parecía calmarse para nada.

-no quiero volver a la familia.

-te he amado como un hijo y así me lo pagas,no eres más que un cerdo.
No eres nada sin mi.

Trague saliva y el miedo se quería apoderar de mí, pero cerré los ojos y el rostro de lara aparecía en mi memoria .
Apreté los dientes y los puños.

-ya te serví bastante,no puedo más.

Uno de sus hombres desembaino una espada corriendo hacia mi,sus pasos no sonaban era como si fuese uno con el aire y la lluvia lo pudiese atravesar.
Un movimiento,solo uno basto para hacer un profundo corte en el pecho y perder el equilibrio caí de rodillas,la sangre no dejaba de emanar y de mis ojos brotaban lágrimas llenas de pena,por una vez llore por mi muerte.

-yo te quería hijo, eras el mejor.un artista ahora mirate.
El amor no es nada,solo un pulso olgazan que llena la mente de fantasía.abre los ojos de una vez.
Siempre has sido un demonio,un oni.

De mi cuello pendía un medallo de plata con un estrella de los vientos grabada en el interior los más bonito del mundo.
La foto de un comienzo yo besandole la frente y ella sonriendo,mi luz.
Aquel medallon se mecia a favor del viento.
A mi padre no le dije nada solo guarde silencio.

-sabes hijos todos tenemos nuestros demonios y sabes un demonio no.puede tener corazón.
Mejor te arranco esa luz.

Agarró el medallon y tiro con fuerza y lo lanzó al suelo.
Sus hombre me golpearon asta que no pudieron más y grito de un volver dejo que sus balas me mordieran con sus dientes de metal.
Pensé en la muerte,antes de batir en duelo.debes de pensar en siete formas de morir.
Me sentía ligero y mi sangre me abandonaba solo en aquel lugar,me dejaron por muerto,vi en El suelo el medallon y en mi cabeza volvió la mirada azul de mi gorrion