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Sergio y Lucas
Sergio era un conejo muy rápido y ágil, siempre le gustaba jugar y correr por el bosque. Un día, su amigo Lucas la tortuga le propuso jugar al escondite. Sergio se rió y le dijo:

- ¿Jugar al escondite contigo? Eres tan lento que nunca me encontrarías.

Lucas se sintió triste por las palabras de su amigo, pero decidió no darle importancia y aceptar el reto y entonces.

Lucas le dijo a Sergio que iba a solucionar que no fuera tan lento.

Lucas empezó a entrenar y otro día le pregunto loismo y como Sergio estaba aburrido porque nadie quería jugar con él por ser tan rápido, le dijo que si aceptaba.

Así que empezaron a jugar, Sergio se escondió rápidamente detrás de un árbol y comenzó a contar. Mientras tanto, Lucas buscaba un lugar donde esconderse, sabía que no podía competir con la velocidad de Sergio, pero tenía un plan.

Después de un rato, Sergio terminó de contar y salió corriendo a buscar a su amigo. Pero para su sorpresa, Lucas estaba muy cerca de él. Había encontrado un lugar para esconderse cerca del punto de partida.

Sergio se sorprendió y luego se dio cuenta de que no siempre la velocidad era la clave para ganar. Lucas le explicó que cada uno tenía sus propias habilidades y que en el juego del escondite, la astucia y la paciencia eran igual de importantes.

Desde ese día, Sergio aprendió a valorar las habilidades de Lucas y a jugar con él sin menospreciarlo. Aprendió que la amistad no se basa en la velocidad o la destreza, sino en el respeto y la aceptación de las diferencias. Y juntos, siguieron disfrutando de sus juegos en el bosque.
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