Capítulo 9. ¿Amistad o hipocresía?
Pasó el tiempo y todo iba bien, la empresa ya estaba más estable. Los trabajadores confiaban en ella y había más clientes.
Katerin disfrutaba mentir y seguir con el teatro de ser la presidenta. Además de ver, como poco a poco Alejandro la miraba con ojos de enamorado.
Por su parte, Alejandro comenzó a acercarse con ella con la intención de enamorarla, pero, con el tiempo se enamoró de Katerin, le encantaba platicar con ella, ya hasta eran muy cercanos.
— Deja de llamarme de usted y comienza a tutearme, me siento rara, ¿sabés?
Comentó mirándolo con una seductora sonrisa.
— Está bien, ¿Entonces cómo la llamó?
Preguntó Alejandro con una sonrisa.
— Por Katerin o Katy.
— Está bien, Katy.
— Así se escucha mejor. Porque de la otra manera sentía que yo era más grande que tú.
Dijo bromeando.
— Pues, ¿Cuántos años tiene?, si se puede saber.
Preguntó curioso.
— Tengo 34 años. ¿Y tú?
— 35 años. De manera que soy mayor que tú.
— Sí. ¡Que sorpresa!
Exclamó fingiendo asombro.
Alejandro se sentía cada vez más convencido que quería que ella fuera su mujer. Él la deseaba y no sólo como una noche de pasión, sino que quería por primera vez compartir su vida con una mujer. Katerin lo había impresionado, le agradaba, le parecía una mujer interesante y diferente con las que había estado saliendo.
El encanto de ella era diferente, era como si no se pudiera conformar con poco sino que quería más y más. Deseaba su compañía y se sentía vacío sin ella.
— ¿Quisieras ir conmigo a...
Katerin disfrutaba mentir y seguir con el teatro de ser la presidenta. Además de ver, como poco a poco Alejandro la miraba con ojos de enamorado.
Por su parte, Alejandro comenzó a acercarse con ella con la intención de enamorarla, pero, con el tiempo se enamoró de Katerin, le encantaba platicar con ella, ya hasta eran muy cercanos.
— Deja de llamarme de usted y comienza a tutearme, me siento rara, ¿sabés?
Comentó mirándolo con una seductora sonrisa.
— Está bien, ¿Entonces cómo la llamó?
Preguntó Alejandro con una sonrisa.
— Por Katerin o Katy.
— Está bien, Katy.
— Así se escucha mejor. Porque de la otra manera sentía que yo era más grande que tú.
Dijo bromeando.
— Pues, ¿Cuántos años tiene?, si se puede saber.
Preguntó curioso.
— Tengo 34 años. ¿Y tú?
— 35 años. De manera que soy mayor que tú.
— Sí. ¡Que sorpresa!
Exclamó fingiendo asombro.
Alejandro se sentía cada vez más convencido que quería que ella fuera su mujer. Él la deseaba y no sólo como una noche de pasión, sino que quería por primera vez compartir su vida con una mujer. Katerin lo había impresionado, le agradaba, le parecía una mujer interesante y diferente con las que había estado saliendo.
El encanto de ella era diferente, era como si no se pudiera conformar con poco sino que quería más y más. Deseaba su compañía y se sentía vacío sin ella.
— ¿Quisieras ir conmigo a...