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Lo siento amor... (Relato)
UN BELLO ROMANCE ARRUINADO POR LA LUJURIA Y LAS ANCIAS REPRIMIDAS.

Hola... Soy Ivana, una mujer muy atractiva en todos los aspectos pero muy indolente ante el posible dolor de otros desde mi lado más salvaje, pero les gustaré.. Sé que sí, aunque al principio me odien, después de todo amarán mi sinceridad y mi espíritu de Diosa libre y anhelarán ser como yo. Soy nativa de Antofagasta Chile, y allí mismo empieza y termina este relato de lo que me pasó. A muchos y muchas les impactará para mal, a otros los calentará, y a otros les llamará la curiosidad ante tales actos que vienen del amor en su expresión más abstracta y pura, pero somos humanos... Y estas cosas pasan, el cuerpo y el alma anhelan ser completamente libres y sentir... Porque después de todo... para eso nos hizo Dios.



Hasta el día de hoy sigo sin entender que rayos me pasó, qué me sucedió... ¿¿Qué fué lo que exactamente le pasó a mi cuerpo, por qué sucumbir ante la lujuria, ante la calentura...?? No, él no se lo merecía, él no... Era lo mejor que he tenido en la vida amorosamente hablando, me dió todo lo que una mujer querría... Y sin embargo yo lo engañé... Lo engañé tanto... Tantas veces, de tantas maneras, En nuestra propia cama!! Allí en nuestro lecho, sí el supiera que aquel 'vampiro' me chupó por todos lados momentos antes de irme a la iglesia con el vestido y todo... Sí, sé lo que están pensando todos, que no soy más que una puta, y sí.. Tienen razón, pero yo a diferencia de muchas mujeres prefiero sacarme este sentimiento y dejarlo por escrito, porque lo peor... Lo peor es que no puedo entender que... Que aún hoy dentro de mí volvería a repetir eso. Volvería a sentar mi culo en el miembro erecto de aquel ladrón, aquel ladrón que le robo la reina al rey... A aquel hombre que hasta hoy amo y recuerdo con tanto dolor y cariño, si.. Sé que eso no lo creerán, pero yo separo muy bien las cosas, la lujuria del sexo prohibido, del amor más inocente.

Él... Aquél arlequín dueño de mi cuerpo más no de mi corazón... Su nombre era Juan Carlos, simplemente Juan Carlos... Me deseaba desde mi adolescencia, y yo... Yo a él también, no podía evitarlo pese a que fuese un hombre mayor, yo tenía unos 14 pero ya sentía cosas en mi a muy temprana edad, era muy madura y núnca me gustaron chicos de mi edad, por alguna razón no deseaba a ninguno tanto así que me decían que era lesbiana. A mí desde pequeña me gustaron las cosas muy profundas, las aventuras, la historia, lo oculto de la vida... Me desvivía leyendo relatos y narrativas sobre las culturas antiguas y misterios a su haber en estos tan exquisitos temas de investigación.

Mi padre trabajaba como ingeniero en minas y en este contexto viajábamos mucho y eramos de una posición bastante buena, y es aquí donde mi padre un bello día de verano nos presenta a su mejor amigo Juan Carlos, un tipo bastante atractivo que a cualquier colegiala a mi edad le hubiera producido mariposas en la guata como decimos acá en Chile (guata=estómago). Mi madre me miraba con recelo cuando el llegaba a la casa junto a mi papá a tomarse unas cervezas ya que yo no podía evitar mirarlo y llevarle cosas para que picara, me gustaba estar cerca de él, amaba su aroma, y sus manos, tan fuertes y grandes, mi mente solía ir a mil por hora imaginando tantas cosas con sus manos...

Me gustaba pasar caminando por el frente de él con el uniforme del liceo, en faldita, trataba eso sí.. De no parecer tan puta, sino tímida pero dando mensajes claros, y sé que el los agradecía ya que sus miradas a mis caderas me decían todo. Mi padre núnca se dió cuenta... Núnca, y mi mamá sí, pero esta para no verse mal o como una mandona o enojona frente a Juan, no decía nada más que mirarme feo cuando podía. Y ella sabía que independientemente de que él también disfrutara de las vistas que yo le otorgaba y de las miraditas candentes, no podía decirnos nada, ya que ella me confesó cierta vez de que a mi edad tuvo un candente amorío con su profesor de gimnasia, algo de lo cual muchas mujeres a esa edad disfrutan en secreto pero jamás revelan y queda sólo como un gratificante y nostálgico recuerdo mojado para aquellas noches en que sus esposos no las quieren coger.

Era tanta la confianza que nos teníamos todos que siempre jugábamos en la piscina en los veranos y ahí era que ambos aprovechabamos de acercarnos más y tratar de buscar cualquier pretexto para juguetear tirándonos agua y persiguiendonos, mientras mi mamá miraba con mucha envidia ya que ella también le gustaban estos juegos y también trataba de hacerlos con él, más Juan aunque hubiese gustado de mi mamá jamás la hubiera agarrado para jugar, sólo lo hacía conmigo. Me encantaba sentir sus manos en mi cuerpo mojado, mi papá no decía nada ya que entendía que todo estaba como parte de los juegos. Pero.. Lo que no permitía ver a mi papá y lo hacía cuando el ni mamá estaban mirando, era subirme en koala a él todo mojada de agua y en traje de baño. Siempre se tiraba al suelo para que yo me montara arriba y le pegara o le hiciera cosquillas, pero ambos sabíamos por el motivo real que hacíamos esto, sentirnos mutuamente, a el siempre se le ponía duro. Siempre hacíamos esto cuando no nos miraban, era un juego con indirectas muy claras, esto sólo quedaba para los dos, más núnca pasó más allá. Él no quería arriesgar la amistad de mi papá por un mal entendido o que nos pillaran en algo más.



Pasaron los años, me hice adulta, cumplí 19, me puse aún más contoneada y bella. Así, y con muchas historias y después de muchas decepciones amorosas conocí a Cristobal el hombre más romántico, caballero, educado y bueno que he conocido jamás. Pese a como era en mi adolescencia jamás perdí la virginidad y le prometí a Cristobal que sería sólo de él, que él sería el primer hombre en conocerme, le juré qué nadie más... Y él me dijo lo mismo, de hecho fué casi una ceremonia ritualista, hicimos un circulo en la playa y nos pusimos dentro dándonos las manos de que llegaríamos así al matrimonio. Pero.. Había algo que Cristobal no sabía, y eran mis ganas terribles de coger, las tenía desde pendeja y me las censuré, y lo hacía a diario, una carga que lamentaria no haber podido explotar con Cristobal antes. Pasaron los meses mis ganas se acrecentaban, y luchaba por no correrme pensando en ya saben quien... Ya que ese había sido el hombre a quien más sentimientos indecentes le tenía durante años, quien me despertó más cosas y curiosidades. Resulta que Juan Carlos se había casado hace años y no vivía ya en Antofagasta, sino en Miami Florida, por lo tanto su posible llegada era lo menos esperado de la existencia, sólo había quedado como un amor platónico. Así fué que un estábamos con Cristobal en la casa de mis padres celebrando el que sería nuestro futuro matrimonio, estábamos jodidos de la risa en la piscina, cuando mi papá abre la puerta del patio y entra él... Para desgracia mía era el mismísimo Lucifer en toda su gloria y magestad. No podía creerlo, mi madre quedó con la boca abierta literalmente, Cristobal veía la reacción de todos un poco extrañado, núnca había visto a nadie de mi familia ni a mí reaccionar tan impresionados a alguien por su fachada, ni siquiera con el cuando se arreglaba, ya que Cristobal era atractivo también, pero Juan Carlos... Juan Carlos ese día... Entrando por esa puerta, abrasando a mi papá y mamá, con esa chaqueta de cuero y lentes, pantalón semiapretado, era algo especial e infernal, yo no sabía qué hacer... Tenía mil sentimientos, el corazón latiendo a mil por hora y luchando por no ir corriendo y saludarlo de koala... Que era lo que mi loco corazón me gritaba eufórico. Tenía que dominarme... Estaba Cristobal, ahora me iba a casar, él era el amor de mi vida. Yo no tuve que hacer nada ya que el mismo Juan se me acercó y me dijo 'no te pares', yo estaba sentada en el borde de la piscina, y ahí me quedé, y se arrodilló y me abrazó, tan rico.. Y me besó muy cerca de la boca, 'los extrañé a todos pero sobre todo a ti mi niña bella', yo me puse de todos colores, Cristobal no podía ocultar su incomodidad la verdad... Él no era celoso pero esta vez sabía que estaba ante alguien en cuanto al encanto de seducción muy superior a él. Y eso me daba mucha pena, ya que me hubiese gustado que él no hubiera estado ese día, ya que creo que me hubiera podido explayar más con Juan y habría evitado casarme y hubiera cancelado la boda, todos hubiéramos ganado. Pero la vida es cruel y una no mnda en el corazón, aún no entiendo qué es lo que Cristobal debe aprender de esto... No lo entiendo, no lo sé, él es perfecto! Digo esto porque nosotros éramos de verle una enseñanza espiritual y de vidas pasadas y posteriores a todo. Yo debí haberle contado de Juan, y de los intensos sentimientos que me produjo en mi adolescencia, pese a que núnca se pasó de la raya, más allá de aquellas cosillas que ya les mencioné que nos gustaba hacer.

Ya dentro de la casa y mientras mi papá y Juan se tomaban unas cervezas jodidos de la risa recordando viejos tiempos a carcajadas, alcancé a ver a Cristobal hablando con mi mamá, preguntándole quien era Juan para hacerme sentir tan rara y desconcertada, y para tener un acercamiento a mi tan acalorado. Mi mamá le decía que era un gran amigo de la familia, alguien como un padre para mi, que por eso ese cariño y acercamientos hacia mí. No sé si eso que mi mamá le decía lo ayudaba ya que su cara de pregunta no cambiaba, yo no sabía que hacer. Juan había jugado conmigo un rato antes de entrar, casi igual a como jugábamos con agua cuando era chica, esto dejó loco a Cristobal, que núnca me había visto así con nadie, (obviamente ya no me le subía en koala como cuando era colegiala) pero si juguetiamos como cuando mis papás nos veían. Me sentía mal al hacerlo porque sabía que Cristobal nos miraba pero no podía dejar mal a Juan, pensaba que sería feo dejarlo jugar sólo o hacerle el quite ya que después de todo no sólo nos teníamos mucha calentura guardada por aquellos años sino que también había mucho pero mucho cariño. Le expliqué después que Juan Carlos se fué a Cristobal que porfavor no se enojara conmigo ni con Juan ni se sintiera mal por esa cercanía que nos teníamos, él caballerosamente he intentando verse maduro me decía que entendía.. Que no había problema.. Sólo que no le pareció que núnca le haya contado que había una especie de 'padrastro' a quien yo quería mucho. Yo le decía que era porque no quería dar una mala impresión a él ni que tuviera celos, sin embargo y pese a que me decía que no me preocupara, yo sé que no podía evitar sentirse 'desplazado' ya que esas ganas con las que después nos abrazamos con Juan, la forma en como me tocaba la cara, como me hacía cariño tiernamente... Y como yo también le correspondía (ya que yo no podía hacer otra cosa, sino se hubiera sentido mal Juan) a parte que... También quería hacerlo... Por eso les día que me hubiese gustado que Cristobal no hubiera estado ese día... Captan? Por que igual yo no pude evitar corresponderle a Juan. No pude. Y Cristobal lo veía, sé que lo sentía, sé que se dió cuenta de esa química inevitable entre yo y Juan. Créanme porfavor... No podía evitarlo.

Otro día volvía a oírlo hablar con mamá, le decía 'había química sexual entre ellos, yo pude sentirlo y verlo, perdone suegra pero no sabía a quien más decirle, esto es tan raro' y mi mamá decía 'hijo... Estos son tus primeros celos de pareja, porfavor no los agrande hijo... Juan Carlos es como un papá para Ivana, no se preocupe ya? Confíe en mí, y además no se sienta molesto por ponerse celoso, sé que le molesta sentirse así pero es normal, Juan es un hombre muy atractivo pero en el peor de los lugares te puedo decir que es un hombre muy mayor para ella y mi hija no se fijaría en él ya que lo quiere casi como a su papá, y mi esposo lo sabe, por eso permite que se traten así'. Sé que en el fondo mi mamá estaba dándolo todo para que él no se diera cuenta, pero sé que en el fondo también olía la tensión sexual entre nosotros en el ambiente ese día, ya que ni la propia presencia de Cristobal pudo impedir que nos acercaramos el uno al otro. Odio decir esto, pero era como si hubiese llegado mi verdadero dueño, Les puedo jurar qué la propia presencia de Juan Carlos ahí hizo que para mí no existiera Cristobal... Fué algo casi paranormal y francamente terrible. Si hubiese sido más puta, hubiera podido tener relaciones sexuales ahí mismo con Juan en una pieza ya que no tenía impedimento alguno, porque mis papás confiaban en nosotros... Núnca vieron nada raro según ellos.



CONTINUARÁ...