Acerca de Soñar Con Ser Escritor.
Parte II
Hasta ahora tenía un aproximado de 70 canciones, unos 10 poemas y dos ensayos, la mayoría de las canciones en mi teléfono anterior ( el cual estaba en coma, por así decirlo ) los poemas y los ensayos repartidos en tres libretas viejas donde también habían algunas canciones. Poco menos de 100 obras en total que no han visto la luz, era evidente que tan malo no soy, pero en comparación con cierta amiga mía ( quién escribía cuentos ) me sentía mediocre, como mis obras palidecían al lado de un solo cuento de ella, porque yo siempre quise escribir una novela, pero cuando escribía el primer capítulo o incluso el segundo, empezaba a buscar errores, y encontraba muchos, por no decir demasiados, me desilusionada y abandonaba la idea.
Ayer escribí una canción, y por primera vez, no hallé errores, tenía mi estilo, mi narrativa y mi historia, una historia que me pertenecía solo a mí,
Le hice su respectiva melodía ( cosa que generalmente no hago, porque soy un letrista, pero no un compositor ) y me gustó.
Me dije a mi mismo.
Esto es para lo que nací, esto es lo que me hace sentir verdaderamente completo, en mi elemento, con un lápiz, y una hoja, con un teléfono, con una computadora e incluso una máquina de escribir, no importaba mediante que, yo solo quería escribir, quién era, lo que me sucedía, cómo, cuándo, dónde, mi vida presente, mi pasado y lo que yo esperaba del futuro.
Ya no me importaba si tenía errores, al contrario, me complacía el hecho de tenerlos, el hecho de equivocarme, de demostrar que era humano, me generaba un placer que rayaba en lo cínico, y quizás lo era, me había vuelto cínico, y estaba orgulloso, y esperaba que no me malinterpretaran como un ególatra, yo solo estaba contento por haber encontrado, aceptado y acogido mi propio estilo; déjenme vivir en mi utopía, ni siquiera es tan diferente al mundo real, es lo mismo pero sin las críticas.
© Gabriel Quero
Hasta ahora tenía un aproximado de 70 canciones, unos 10 poemas y dos ensayos, la mayoría de las canciones en mi teléfono anterior ( el cual estaba en coma, por así decirlo ) los poemas y los ensayos repartidos en tres libretas viejas donde también habían algunas canciones. Poco menos de 100 obras en total que no han visto la luz, era evidente que tan malo no soy, pero en comparación con cierta amiga mía ( quién escribía cuentos ) me sentía mediocre, como mis obras palidecían al lado de un solo cuento de ella, porque yo siempre quise escribir una novela, pero cuando escribía el primer capítulo o incluso el segundo, empezaba a buscar errores, y encontraba muchos, por no decir demasiados, me desilusionada y abandonaba la idea.
Ayer escribí una canción, y por primera vez, no hallé errores, tenía mi estilo, mi narrativa y mi historia, una historia que me pertenecía solo a mí,
Le hice su respectiva melodía ( cosa que generalmente no hago, porque soy un letrista, pero no un compositor ) y me gustó.
Me dije a mi mismo.
Esto es para lo que nací, esto es lo que me hace sentir verdaderamente completo, en mi elemento, con un lápiz, y una hoja, con un teléfono, con una computadora e incluso una máquina de escribir, no importaba mediante que, yo solo quería escribir, quién era, lo que me sucedía, cómo, cuándo, dónde, mi vida presente, mi pasado y lo que yo esperaba del futuro.
Ya no me importaba si tenía errores, al contrario, me complacía el hecho de tenerlos, el hecho de equivocarme, de demostrar que era humano, me generaba un placer que rayaba en lo cínico, y quizás lo era, me había vuelto cínico, y estaba orgulloso, y esperaba que no me malinterpretaran como un ególatra, yo solo estaba contento por haber encontrado, aceptado y acogido mi propio estilo; déjenme vivir en mi utopía, ni siquiera es tan diferente al mundo real, es lo mismo pero sin las críticas.
© Gabriel Quero