"El Silencio de los Demonio"
La oscuridad se cernía sobre él, espesa y tangible como la propia desesperación. Un demonio de ojos rojos y sonrisa sardónica, emanaba un calor abrasador, y sus garras se extendían hacia el hombre, arañando el aire con un silbido escalofriante. Al otro lado, un ángel de alas blancas y mirada gélida, lo observaba con una expresión de infinita tristeza. Su halo brillaba con una luz fría, contrastando con la furia ardiente del infierno.
El hombre, atrapado en medio de la lucha, se aferraba a su cabeza, gritando un silencioso lamento. Su voz, ahogada por el terror, se perdía en el vacío. El demonio le susurraba al oído promesas de poder y placer, mientras que el ángel, con un susurro apenas audible, le imploraba que se aferrara a la luz.
Su cuerpo temblaba, una batalla interna que lo destrozaba. Cada músculo se tensaba, cada célula clamaba por una salida, por una decisión. ¿Ceder a la oscuridad y entregarse a la tentación, o luchar contra el abismo con la esperanza agonizante de la redención?
El demonio lo empujaba hacia el abismo, prometiéndole una vida llena de...
El hombre, atrapado en medio de la lucha, se aferraba a su cabeza, gritando un silencioso lamento. Su voz, ahogada por el terror, se perdía en el vacío. El demonio le susurraba al oído promesas de poder y placer, mientras que el ángel, con un susurro apenas audible, le imploraba que se aferrara a la luz.
Su cuerpo temblaba, una batalla interna que lo destrozaba. Cada músculo se tensaba, cada célula clamaba por una salida, por una decisión. ¿Ceder a la oscuridad y entregarse a la tentación, o luchar contra el abismo con la esperanza agonizante de la redención?
El demonio lo empujaba hacia el abismo, prometiéndole una vida llena de...