Hoy fue uno de esos días, uno donde necesitaba hablar con alguien que me conociera de tal forma que supiera instantáneamente si le era honesto o no. Así llegue con una silla hasta el espejo donde frente a este tome asiento y de forma natural comencé una conversación con mi reflejo. 


Al principio todo iba bien y las risas no faltaron a pesar de que la unica voz que se escuchaba en mi habitación era la mía, pero de pronto mi reflejo dejo de reír y lleno de melancolía me pregunto si podían dejar de fingir, en ese momento mi cuerpo sintió un gélido escalofrío recorrer toda mi columna vertebral como si sus simples palabras me asustasen de muerte. 


Yo en busca de la calma e ignorante de la situación que presenciaba, le dije que todo estaba bien, pero este enojado por lo que parecía ser mi más tonta mentira me respondió: ¿Si lo estas, por que lloras? 


Incrédulo a lo que escuche lleve mis manos a mis mejillas y fue cuando sentí la humedad de mis lágrimas, en ese momento mi mente entró en colapso ya que no entendía por que lloraba pero deseaba que ese acto se detuviese. 


Quería pedir ayuda pero ante mi sólo se encontraba mi reflejo incapaz de brindarme la seguridad y calidez del tacto, así que simplemente baje mis manos como quien es derrotado en batalla ante la imponente fuerza del enemigo y eso dio total libertad a mis lágrimas quienes no paraban cual torrente. 


'Es esto lo que querías' comentó mi reflejo mientras yo ya no era capaz de mirarle, por supuesto conteste que no, pero este con una pequeña risa respondió: no me puedes mentir, recuerda que soy tu reflejo.