Capítulo IV ( Un día mas de ultraviolencia, que normal es lo anormal)

Admito que casi no dormi esa noche, entre la adrenalina de una nueva misión, el sueño de Montecarlo y las dudas de siempre de porque deben morir los objetivos.
No hice ni una pregunta de porque Cecilia,? que vio que no debía ver?, que deuda no saldó? a que negocio se nego? porque interesa al gobierno la desaparición de una doctora de la mafia, en tiempos donde desaparición forzosa es la antítesis?
En fin tuve todo el día para planificar mi parte, nunca dejo que nadie me instruya en cómo matar a alguien, eso corresponde solo a mi.
Hoy es el día, luego de un desayuno tranquilo salgo al parque y recorro a pie la distancia entre la casa médica y el hotel, son 500 metros, son aproximadamente 6 minutos de ida y seis de vuelta más el tiempo que le lleve tratar la urticaria el cual no lo tendré en cuenta por si no llega a realizar un diagnostico y emprende el regreso.
Son doce minutos, esperaré a 150 metros tras otra dependencia, si tengo suerte su puerta estará sin llave, al saberse regresando pronto no creo tenga la precaución de cerrar, pero si no es así, se como...