...

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Serás encontrado.
Estoy preocupada por mi hermano mayor. El siempre fue como mamá, radiante, alegre, siempre fue capaz de verle lo mejor a las cosas, su luz era tan brillante que siempre ahuyentaba a los monstruos de mi cuarto cuando pequeña.

Y desde que mamá murió, ambos comenzamos a distanciarnos. Puedo reconocer que siempre fui reservada, y distante, a diferencia de Luis, que podía hacer amigos con mucha facilidad, y siempre estaba ahí para todos.

Nos hemos visto pocas veces desde hace un año, no he sabido como acercarme, pero cada vez que lo veo, luce peor. Pareciera que su luz se va apagando de a poco, y aunque le pregunte qué ocurre, el no ha querido decirme para no preocuparme. Dice que está bien, pero yo sé que no...

Es como si las arañas hubieran hecho un hogar en el, donde antes solía haber luz. Para los demás no es tan evidente, pero yo crecí con el, puedo saber cuando está fingiendo y cuando no.

Estoy conduciendo a su hogar, tengo un mal presentimiento. Ya es de noche, y puede que este durmiendo, pero necesito quitarme esta espina del pecho, y cuanto más me acerco, mi corazón late más rápido por la ansiedad.

Tengo miedo... Miedo de llegar y que sea muy tarde.

No me preocupé en estacionar bien, la multa es lo de menos. Necesito ver a mi hermano, y agradezco que me haya dado copias de las llaves de su casa. Las luces están apagadas, pero de todas formas entré, buscándolo.

Sentí mi corazón hacerse añicos al verlo en una esquina del comedor, llorando y hecho bolita. Vi un frasco de pastillas en la mesa, y por suerte, no está abierto.

"Luis," lo llamo,...