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La mecedora
Mi única hija, nació el 8 de septiembre de 2007.
Soy madre soltera, el 6 de agosto de 2007 estaba embarazada, tenía 34 semanas de embarazo, ese día el padre biológico de mi hija se despertó y me dijo:
-Voy a salir a trabajar y volveré más tarde.
y así sucedió todo el día y toda la noche, lo llamé y él nunca respondió, pensé que tal vez estaba trabajando o en la casa de un amigo, nunca lo encontré y me quedé dormida, al día siguiente entendí que ya se había ido,
Tal vez a otro lugar, él y su familia viven en la Ciudad de México, yo viví y aún vivo en el puerto de Acapulco, al lado del mar.
Fue muy doloroso para mí, el mundo colapsó, en ese momento, sola y embarazada. También me quedé sin tarjeta de crédito, él había tomado mi tarjeta de crédito, luego su familia pagó lo que había gastado ... y yo cancelé la tarjeta.
Después de 3 años de estar juntos, todo estaba perdido, me enfrenté a muchos sentimientos, todos se encontraron como demonios dentro de mí, principalmente me sentí impotente.
si era un mar de lágrimas, lloraba por varios días, solo pensaba en mi hija, estaba dentro de mí, le hablaba y sentía que ella me hablaba, me fortalecía, la había soñado aun embarazada, mi hija era hermosa en sueños, la llamé Casandra, ese es su nombre ahora y lo es, es hermosa, su alma, sus pensamientos y su persona, gracias a Dios.
Y pasaron los meses, pasaron 4 meses y él.
Volvió arrepentido y sin sueños, sin esperanzas. Desesperado y más inestable.
Sí, lo perdone y nunca volví a confiar en él y terminamos, el insistió.
Sin embargo, me considero una persona determinante, cuando algo termina es para siempre y no hay vuelta atrás.
Creo que cuando una persona no te valora y no es honesta y no es leal, es inútil continuar al lado de esa persona. La vida continúa y esa persona no era la correcta.
Siempre hay un camino por delante y los arrepentimientos solo nos llevan a perder el tiempo.
Mi hija y yo estamos en las mejores manos, mi familia, a quienes les agradezco por todo su apoyo. También doy gracias a Dios por la oportunidad de ser madre y por sobrevivir durante el embarazo. El padre de mi hija, fue un gran maestro para mí, aprendí a luchar por la vida y a fortalecer mi alma. Conocía el amor por mi hija, por mí y por la vida.
Otra parte de esta historia continúa ...
Tenía 36 años, el 8 de septiembre de 2007, tuve problemas con el embarazo, tenía debilidad, sangrado y preeclampsia, mis riñones no funcionaban, mi hígado no funcionaba, mis emociones no funcionaban.
Recuerdo la habitación del hospital, era espaciosa, con una cuna, había flores, regalos, pañales, botellas, ropa rosa, y los olores se mezclaban entre medicamentos, colonia y talco para bebés, así que pasó una semana.
dormí mucho, volé en sueños, sentí que mi alma estaba separada de mi cuerpo, al final regresé y desperté.
Después de una semana completa en el hospital. Sobreviví.
En realidad ya tuve experiencias desde que nací con hospitales y médicos. Más tarde contaré otra historia.
El 15 de septiembre de 2007, gracias a Dios, los médicos me dieron de alta y salí del hospital.
Ese día fue mi cumpleaños.
Mi única hija, hoy es una señorita. Gracias a Dios.
El tiempo pasó sin sentir.
el tiempo transcurrió entre insomnio, llanto, berrinches, enojo, llamar la atención, gritos, sonrisas, canciones, bailes, lágrimas de alegría, tristeza, dolor si había caídas, arrepentimientos, perdón, abrazos, besos, de amor, felicidad y gratitud .
Aquí está la mecedora donde hace 13 años, abracé a mi hija, la arrulle y le canté. La mecedora tiene casi 14 años, cuando la compré, todavía estaba embarazada.
Aquí, en la mecedora, Casandra dormía, la arrullaba y con el tiempo creció y aquí con el tiempo jugaba, hablaba, veía dibujos animados. Y luego ella dormía sus muñecas y arrullaba las muñecas. ella creció, ahora no tengo un bebé y la mecedora, las muñecas y los juguetes se ven iguales, ahora se ven estáticos, el tiempo no pasa, ni los años los envejecieron.
La mecedora ahora, la uso para leer y escribir.
El cumpleaños de Casandra será de 13 años y yo tendré 50 años. gracias a Dios.
El tiempo es imparable, para los seres vivos, crecemos y envejecemos.
Nuestra memoria es un archivo de recuerdos y aprendizajes, de experiencias de la vida.
Recordar, vivir, disfrutar, tocar, sentir, oler, ver, escuchar es, en definitiva, vivir. Estamos aqui para vivir.
Por. Maricris Meza