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Lucía
Lucía se encontraba sentada en un banco del parque, con la mirada perdida en el horizonte. Era 14 de febrero, San Valentín, y a su alrededor veía parejas tomadas de la mano, riendo y compartiendo momentos de complicidad. Se sentía sola y desesperanzada. Había terminado hacía poco con su novio, y el día del amor sólo le recordaba su soledad.

Mientras observaba las parejas pasear, un anciano se acercó a ella. Con una sonrisa amable, le tendió una rosa roja y le dijo: "En este día propuesto, deja que tu corazón hable más que tus palabras". Antes de que Lucía pudiera decir algo, el hombre se alejó, dejándola con la rosa en la mano.

Aquellas palabras resonaron en su cabeza. ¿Dejar que su corazón hable? ¿Cómo se suponía que debía hacer eso? Decidió entonces hacer caso al consejo del anciano y se permitió sentir, dejar que sus emociones fluyeran libremente.

Cerró los ojos y respiró profundamente. Recordó los momentos felices que había vivido con su ex pareja, pero también los conflictos y desacuerdos que habían llevado a su separación. Dejó que las lágrimas brotaran de sus ojos, sin intentar contenerlas. Se permitió sentir la tristeza, la decepción y la soledad que la invadían.

Cuando abrió los ojos, la visión del parque había cambiado. Ya no veía solo parejas felices, sino a personas solitarias, algunas con una mirada triste, otras con un gesto de determinación. Y comprendió que no era la única que se sentía sola en ese día.

Decidió entonces que no debía dejar que la tristeza la consumiera. Se levantó del banco y comenzó a caminar por el parque. Saludó a un par de ancianos que conversaban animadamente, sonrió a unos niños que jugaban en el césped y se acercó a un grupo de personas que repartía comida a los sin techo. En ese momento, su corazón hablaba a través de sus acciones, y sentía que no estaba sola, sino conectada con el amor que flotaba en el aire en ese día especial.

#HEARTFELTPROPOSAL
Libélula 🦋
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