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Las madrugas.
Las madrugas de insomnio me explicaron lo que quizás las personas no supieron explicarme y lo que yo tampoco logré comprender de ellas. Como si por las noches mi mente y corazón tomarán clases con un experto de conceptos que no tiene figura alguna, que no tiene un cuerpo físico. Por las madrugas el cielo estrellado me ha podido enseñar cosas que ni aunque me sienten a charlar para que las entienda, no iba a entenderlas jamás.
Está era la única forma, la única manera de crecer como humano y entender lo que la sociedad de por si cree entender. Dónde todo el mundo cree que todos saben, dónde tienen cosas normalizadas, dónde tienen un concepto pobre que no es propio de ellos.
Es por eso que tomar clases por las noches de reflexión son muy importantes para mí. Y también tomar decisiones por mí mismo sin importar que diga el otro porque al fin y al cabo es mi vida, y si algo me sale mal, lo único que les pido es que estén para mí como yo los estaría para ellos, sin la necesidad de marcarme el "Te lo dije" Porque de eso se trata la vida. ¿No? De arriesgarse por lo que queremos y amamos... ¿Si no que sentido tiene? El tiempo es corto y pasa rápido.
Antes entendía el amor de una manera y hoy no. Hoy lo entiendo de otra manera y quizás es por eso que me cuesta conectar con personas nuevas. Quizás porque deje de ser el que era antes y no soporto casi nada de lo que no esté alineado a mi.
Me volví tan frio, me volví tan distante y deje de lado esa intensidad de querer mostrarle al otro cuánto lo quiero y lo amo. Me volví tan pero tan enfocado a mis cosas que me olvidé como se siente decir un te amo. Olvidé voces y tambien olvidé caras. Y se qué si conociera a alguien sería un empezar de nuevo porque no soy el mismo, desconozco tanto a mi yo romántico, mi yo intenso y mi yo demostrativo.
No sé si será porque no confío en nadie o porque es hasta que me sienta seguro con alguien, pero hoy sé que no respondo mensajes, que me aburro mucho conociendo personas y que no hay nada, ni nadie que me haga sentir lo que alguna vez sentí.
Mi trabajo, mi espacio y mi soledad lograron en mi lo que tanto tiempo deje pasar por el simple hecho de estar y cumplir con los demás. Y no estoy culpando a las personas para las que estuve porque siempre doy todo de mi sin esperar recibir algo a cambio. Todas las personas que hoy tienen mi cariño y mi corazón, trato de amarlas por lo que son y devolverles lo que me entregan, así sea algo sentimental o material.
Me volvi más frío y me agobia la intensidad pero amo hablar sobre lo que me pasa y escuchar a las personas que amo lo que les pasa. Amo el ida y vuelta de palabras, de problemas, de situaciones y de cualquier cosa que se puedan charlar en una conversación.
Siento que soy alguien más medido en mis acciones y no tan impulsivo como lo era antes. Siento que me quite de mi eso de querer cargarme en la espalda los problemas de los que amo y entender de qué son sus problemas, que son sus guerras y no las mías. Que voy a estar siempre que me necesiten para hablar, y espero lo mismo a cambio porque creo que eso es lo que importa.
Hablando se ayuda al otro, se comprende, se quitan dudas, se resuelven problemas y sobre todo... Se ama, se quiere sanamente y eso es lo que quiero para mi.