Cuando vemos todo y no tenemos nada.
Cuando tenemos amor en nosotros, podemos sentir que todo es posible.
Y nuestros brazos pueden hacer lo que sea.
Incluso, podría llegar a decir, que nos salvamos de la muerte.
Y es que este valle de dolor no es algo a lo que debería tomarse a la ligera.
Por qué tus regalos no son algo de fiarse.
Si reniego de mi dolor, no dejaré que mi cuerpo crezca.
Y no removere todo esto.
Por qué las heridas entre nosotros son similares.
Solo que las tuyas están curadas.
Y las mías siguen abiertas y sangrantes.
Por qué cuando llega la noche y el vacío está dentro de nosotros, las horas son eternas.
Y ahora tus brazos no pueden sostenerme.
Y puedo entender tu miedo a la muerte.
Pero es que yo te doy todo...