Capítulo 8
Día 1, 7:50 p.m.
Sky
Como si no fuera suficiente haber tenido que chocar de frente con la realidad al saber que ellos no me querían a mí aquí, sino a mi cámara, (en serio tengo que dejar de desconectarme de todo) encima ha sido apenas llegar y ver esto. ¡Maldito Alex! ¿En serio tenía que ser una rosa blanca? ¿Justo a ella? ¡Maldita costumbre la mía de llegar siempre antes de la hora a todas partes!
Él parece sorprendido de verme y su mirada me hace consiente de que no soy bienvenida en este momento. Obvio: interrumpo. Y, ¡cómo no! también me ve ella: Vanessa. Últimamente no se le despega para nada; parece un chicle viejo que se ha enredado en un mechón de cabello. Y todos sabemos cuál es la única solución a eso.
—Vaya, Sky—, me dice “el chicle”—. Parece que no soy la única que decidió venir antes. Espero que tus razones no sean las mismas que las mías. Por cierto, te arreglaste demasiado solo para traer una cámara –dice mirando de arriba abajo mi ropa. —¿O es que tú también vendrás con nosotros? Alex, tú me has dicho…
—Alex te ha dicho bien, Vanessa; pero he quedado con mi madre para comer en Berny’s.
—Hmmm –murmura haciendo una mueca de disgusto. Sé bien que odia no tener la razón. Y antes de que pueda añadir...
Sky
Como si no fuera suficiente haber tenido que chocar de frente con la realidad al saber que ellos no me querían a mí aquí, sino a mi cámara, (en serio tengo que dejar de desconectarme de todo) encima ha sido apenas llegar y ver esto. ¡Maldito Alex! ¿En serio tenía que ser una rosa blanca? ¿Justo a ella? ¡Maldita costumbre la mía de llegar siempre antes de la hora a todas partes!
Él parece sorprendido de verme y su mirada me hace consiente de que no soy bienvenida en este momento. Obvio: interrumpo. Y, ¡cómo no! también me ve ella: Vanessa. Últimamente no se le despega para nada; parece un chicle viejo que se ha enredado en un mechón de cabello. Y todos sabemos cuál es la única solución a eso.
—Vaya, Sky—, me dice “el chicle”—. Parece que no soy la única que decidió venir antes. Espero que tus razones no sean las mismas que las mías. Por cierto, te arreglaste demasiado solo para traer una cámara –dice mirando de arriba abajo mi ropa. —¿O es que tú también vendrás con nosotros? Alex, tú me has dicho…
—Alex te ha dicho bien, Vanessa; pero he quedado con mi madre para comer en Berny’s.
—Hmmm –murmura haciendo una mueca de disgusto. Sé bien que odia no tener la razón. Y antes de que pueda añadir...