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La Bikina
Sucedió en las montañas, en el mayor eclipse de la última era. Resguardados de los lobos de la vida, fueron prendidos por las fauces del universo.
Ella, enamorada, entregaba a él su desnudez. Él, aun siendo emperador de la esencia de una llama, al verla, no soportó su propio arder.
Deseó que nadie jamás la tocase, ideando para ello el perpetuar su inocencia. Y en aquel breve lapso de tiempo, donde se conjugan la noche y el día, en la magnitud y el poder de un solo beso, hizo del alma de ella la fuente de la eternidad.
Dicen que él fue condenado al peor de los infiernos. De ella cuentan que incluso en las noches de silencio, puede oírse su llanto...
© Flora Rodríguez
(No me permiten publicarlo hasta llegar a las ciento cincuenta palabras, así que aprovecho para decir que gracias por pasaros a leer y que paséis un buen día!! )
Ella, enamorada, entregaba a él su desnudez. Él, aun siendo emperador de la esencia de una llama, al verla, no soportó su propio arder.
Deseó que nadie jamás la tocase, ideando para ello el perpetuar su inocencia. Y en aquel breve lapso de tiempo, donde se conjugan la noche y el día, en la magnitud y el poder de un solo beso, hizo del alma de ella la fuente de la eternidad.
Dicen que él fue condenado al peor de los infiernos. De ella cuentan que incluso en las noches de silencio, puede oírse su llanto...
© Flora Rodríguez
(No me permiten publicarlo hasta llegar a las ciento cincuenta palabras, así que aprovecho para decir que gracias por pasaros a leer y que paséis un buen día!! )
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