No Tengo Por Qué Ceder
Cada vez que salgo, y me alejo,
de mi reconfortante y acogedor hogar,
me enfrento al rigor de la intemperie;
a grandes vientos, que me sacuden,
y me quieren arrastrar por caminos...
por dónde no deseo transitar.
Suelo ver las cosas,
desde otro lugar...
con otros ojos diferentes...
a los típicos, de un humano...
de corazón mundano.
Aunque todo luzca,
precioso, ordenado e impecable...
siempre me topo de lleno,
con un mundo devastado,
que continúa, a cada instante,
derrumbándose a pedazos.
Es imposible que sus esquirlas,
no me lleguen... no me toquen...
no me perforen de lado a lado.
Y...
de mi reconfortante y acogedor hogar,
me enfrento al rigor de la intemperie;
a grandes vientos, que me sacuden,
y me quieren arrastrar por caminos...
por dónde no deseo transitar.
Suelo ver las cosas,
desde otro lugar...
con otros ojos diferentes...
a los típicos, de un humano...
de corazón mundano.
Aunque todo luzca,
precioso, ordenado e impecable...
siempre me topo de lleno,
con un mundo devastado,
que continúa, a cada instante,
derrumbándose a pedazos.
Es imposible que sus esquirlas,
no me lleguen... no me toquen...
no me perforen de lado a lado.
Y...