Era una noche oscura y en una atmósfera tensa, a medida que el viento aullaba a través de los árboles, una figura se deslizaba entre las sombras del bosque. Era Elizabeth, conocida por todos como la "sabia del bosque", una mujer que había elegido vivir apartada de la rígida comunidad puritana de Salem. En su corazón, llevaba secretos profundos y un conocimiento que sus vecinos temían.

Aunque Elizabeth había estado alejada de la comunidad durante años, el recuerdo de los juicios y las condenas aún resonaba en su mente. Había sido testigo de la locura que consumió a Salem, un fuego avivado por el miedo y la ignorancia. Su sabiduría, adquirida a través de años de soledad y estudio de las antiguas hierbas y rituales, era un don, pero también una carga que llevaba en silencio.

**Capítulo 1: El encuentro en el bosque**

Una noche, mientras la luna llena bañaba el bosque con su luz plateada, un grupo de jóvenes, atrapados en la emoción del Halloween, decidieron aventurarse en la oscuridad. La brisa fresca traía consigo susurros de leyendas pasadas, ecos de advertencias que muchos habían ignorado. Entre ellos estaba Samuel, un joven inquieto que había escuchado las historias sobre Elizabeth desde que era un niño.

—¡Vamos, solo por un vistazo! —exclamó Samuel, sus ojos brillando con la adrenalina del desafío. Su voz resonaba en el aire como un tambor, llamando a los demás a la aventura.

—¿No sabes lo que dicen de ella? —respondió Abigail, su voz temblando bajo el peso del temor—. Se dice que atrae a los espíritus y que aquellos que cruzan su umbral nunca regresan.

Samuel se burló con desdén, dispuesto a demostrar que no había por qué temer a una anciana acusada de brujería. Su arrogancia era evidente, y los demás, aunque recelosos, se sintieron arrastrados por su valentía.

—Es solo una anciana que vive sola. No hay nada que temer —replicó Samuel, caminando decisivamente hacia la dirección de la cabaña, su actitud provocativa retando la superstición que...