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EL DIARIO DE LAS BESTIAS: EL ORGULLO
Mi estimado inútil castigo

No entiendo por qué carajo debo hacer esto, ¿Acaso los seres perfectos también somos bestias? Es injusto ver como comparto mi castigo con entes despreciables e incompletos, después de todo “Den al César lo que es del César”, dijo un antiguo carpintero nazareno que al parecer está en mi contra. Dar la otra mejilla. Pff. ¿En serio alguien hace eso? No hace falta sino ver la ley natural para comprender que la vida no funciona así, todos tenemos nuestra dignidad, tenemos algo que defender, ¿por qué está mal pasar por encima del otro en el proceso? Me causa gracia ver como en la actualidad los miserables promueven la humildad y el trabajo en equipo, me pintan a mí como un defecto, y desaprueban a aquellos que me dejan habitar sus espíritus ¡Qué idiotas! ¡Se niegan a sí mismos! ¿Cómo se atreven a perturbar la mente de sus engendros haciéndoles creer que siendo buenos con el otro hacen lo correcto? Parece que todos desean estar postrados frente a alguien más, añoran humillarse a sí mismos, ¿Y los que me tienen en su interior son los que están mal? ¿Acaso de humildad y trabajo en equipo fue que las grandes monarquías vivieron? Me encuentro realmente frustrado, cada día son más las consecuencias para los que siguen mi causa, y si no son consecuencias, el tiempo y la vejez se encargan de hacerles cambiar de parecer, los miserables le tienen miedo a la soledad, no son capaces de sentirse satisfechos consigo mismos, y por eso son capaces de ignorar cualquier sentido innato en si mismos, se hacen patéticos con tal de no perder a su preciada compañía, hacen ver a los que están solos como perdedores, y tachan de ineficiente la individualidad. Me alegra haber trascendido esas insignificantes y complejas vidas, que solo les apartan del verdadero objetivo de la existencia misma, o sea la no existencia. Es, mi querido diario, el ser absorbido por mí el propósito de todos los seres. Después de todo, ¿Qué mejor forma de gastar sus inútiles posesiones espirituales (vida y ser) que entregándolas al único elemento perfecto en todo el cosmos? No soy una bestia, simplemente soy la salvación de la realidad misma. Pero, lamentablemente, aún no termino de cumplir mi objetivo. No logro consumirlos completamente, siempre existe un talón de Aquiles incluso en mis más devotos seguidores, una razón por la cual tarde o temprano abandonan mi causa, y no me permiten completar mi objetivo, pero es normal. Después de todo, los miserables no poseen la capacidad intelectual suficiente para comprender mi noble camino, aquel futuro tan deslumbrante que le espera a todo ser que permita ser destruido para hacer parte de una sola unidad, perfecta y autosuficiente. Que esa unidad sea yo no es mi culpa, después de todo hay cosas que no se adquieren de ninguna manera, simplemente son propias de cada uno, como del pobre lo es el hambre, del genio lo es la angustia, y del humano la ignorancia, ¡Pero cuanto disfrutaría el pobre mientras siente hambre! ¡Cuánto se regocijaría el genio en su saber! ¡Como se perdería el humano en su propia ignorancia! Si tan solo me dejaran a mí tomar el control completo de sus vidas, son como vasijas de barro que deben ser quebradas y destruidas para que nuevamente el alfarero pueda darles forma, me temo que el universo aún no está preparado para eso. No me rendiré en mi misión, seguiré intentando demostrarles a todos, porqué deberían hacer parte de esta, la mejor y más valiosa de todas las bestias.

Para tu fortuna y privilegio: El orgullo

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