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¿Estás despierta?
"¿Estás despierta, cariño?"

Abrí los ojos, ya no estaba en ese lugar tan extraño, estaba en mi cuarto, recostada junto a mi pareja.

La luz de la mañana se colaba por las cortinas, alumbrando la habitación, Alex me miraba, teniendo una taza de café en sus manos.

Me senté, apoyando mi espalda en el respaldo de la gran cama matrimonial, no hace mucho habíamos comprado una casa, y no queda mucho tiempo para que nos casemos.

"S-Si, ahora si." Tomé la taza, bebiendo algo de café, el me sonrió, sentándose en la cama. "¿Ocurrió algo?"

"No... Bueno, no quería despertarte ahora que puedes descansar, pero estabas muy inquieta y estabas sudando." Llevé una mano a mi rostro, y sí, estaba sudando, no logré notar que estaba empapada de sudor. "Quizá deberías..."

"No." Lo corté antes de que terminara esa frase, sé a lo que se refiere, sé que quiere que vaya al doctor, pero no soy una mujer enferma, solo que últimamente estoy teniendo demasiados sueños extraños, y algunos lúcidos. Pero es algo con lo que aún puedo lidiar.

"Está bien, lo siento..." Rodó los ojos, y yo le sonreí con cariño.

"Agradezco que te preocupes, Alex. Pero estoy bien, en serio." Me acerqué a besarle, y el me correspondió. "Si las cosas se salen demasiado de control iré al doctor, ¿Está bien?"

"Más te vale." Ambos reímos, acerqué la taza de café a mi boca, pero no logré tomar nada. Mi pareja me miró confundido. "Cariño, te terminaste el café hace rato."

"¿Qué?" Miré la taza, no quedaba nada más que marcas del café, pero... "Yo solo tomé un sorbo..."

"Uhm..." Alex no sabía qué decirme, solo estaba preocupado por mí...

...Pero yo no quiero preocuparlo más, tiene suficiente con sus propios problemas, añadirle uno más seria muy egoísta de mi parte.

"No te preocupes, debo haberme confundido." Le sonreí, devolviendole la taza. "Ya me levanto."

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Tomé una larga ducha, es probable que ya el estrés de los sueños esté pasándome la factura, estoy demasiado aturdida de pasar de un sueño lúcido a otro, y finalmente llegar a la realidad.

Esto se ha vuelto un ciclo desde que me dieron vacaciones en el trabajo, estoy comenzando a dudar lentamente de mi realidad, cómo si estuviera perdiendo la cordura.

"¿Cariño, te falta mucho?" Los toques en la puerta me hicieron reaccionar, cerré la llave del agua , y tomé las toallas para envolverme.

"¡Lo lamento! Ya salgo." Llegué a la puerta, pero antes de abrir la perilla, me habló del otro lado.

"Si, ya está atardeciendo, has estado todo el día en el baño..." Me quedé quieta, no le creí, solo se habían sentido como unos minutos, pero al mirar por la pequeña ventana del baño, era verdad. Los colores anaranjados del atardecer ya se estaban marcando presencia. "Quise darte tu espacio, pero ahora realmente necesito pasar al baño."

"Está bien, ya terminé." Y abrí la puerta.

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Quedamos en ir a un bar para poder pasar más tiempo en pareja, íbamos caminando tomados de las manos, bajo la luz de los faros y algunos autos que andaban por allí.

"Iré al doctor, Alex" Rompí el silencio, y sujeté su mano con más firmeza. "Realmente esto se está saliendo demasiado de control, estoy perdiendo la noción del tiempo."

Besó mi frente, nos detuvimos para que l me abrace. "Me alegra oírlo, Solía, yo estaré para lo que necesites."

"Gracias..." Me apegué a el, recostando mi cabeza entre su hombro y su cuello. "Mañana pediré una cita con el médico."

"Te amo, Sofía. Jamás dudes en que estoy aquí para ti." Nos besamos, un beso corto y fugaz. "Siempre estaré aquí."

"Gracias, Alex... Eres realmente lo mejor que me ha pasado."

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Compré unos cigarrillos a las afueras del bar, antes de entrar, nos fuimos a la barra. No había demasiada gente allí, solo algunos jóvenes que vienen a disfrutar de su vida antes de tener que entrar a la adultez.

Nos pusimos a hablar mientras esperábamos que nos trajeran los tragos.

"Estoy teniendo sueños lúcidos." Le comenté, finalmente abriéndome, incluso si significaba molestarlo con mis cosas. "Me cuesta diferenciar cuando estoy en un sueño, y cuando no."

"Entiendo..." Se apoyó en su mano, mirándome con tristeza. "Podrías intentar apagando las luces, si es un sueño, será imposible que lo hagas."

Asentí, levantándome del asiento. En estos momentos tengo ganas de un cigarro para relajar mis nervios.

"Guter Albtraum." Me volteé a verlo, parecía divagando, pero entonces me miró y se dió cuenta de que pensó en voz alta.

"¿Qué significa eso?" Ladeé la cabeza.

"Nunca lo supe en realidad..." Se encogió de hombros, y evitó mirarme. "Es algo que un personaje de mis sueños suele susurrarme al oído."

Se sintió extraño, pero decidí no prestarle mucha atención, no quería arruinar nuestra noche de pareja. Pero al dar unos pasos, pude ver el interruptor de luz del lugar, y de la nada, tuve el gran deseo de apagarlo.

Apoyé mi dedo, cambiando el interruptor para apagar las luces, lo intenté varias veces, pero la luz jamás se apagó.

Me quedé congelada en mi lugar, repentinamente pude sentir la mirada fija de todas las personas en este bar, que parecían haberse detenido de todas sus ocupaciones para verme fijamente.

Escuché la voz de Alex, sintiendo un escalofrío bajar por mi columna vertebral, su voz ya no sonaba a la de un amante cariñoso, sonaba risueña, divertida de toda esta situación, e incluso burlándose de mi.

"¿Estás despierta, cariño?"

© Zadkiel