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Tres tornillos (Cap II)
Capítulo II (El difícil arte de mirar sin ser mirados)

Termino el desayuno, ahora a caminar un poco por el parque esperando nuevas órdenes, mis días transcurren así, y de nuevo las dudas, cual fue mi último objetivo, sabe mi gobierno que estoy aquí, existe todavía mi agencia? , evidentemente mi pasado alcoholismo se llevó parte de mi memoria y no me devolvió mi cerebro como se lo entregué.
Enseguida pienso que todo es paranoia, debo tener paciencia, porque del hotel nunca nadie me invitó a pagar la cuenta así que los fondos deben seguir llegando.
Un auto negro se estaciona dentro del predio y bajan dos hombres quienes conversan con Nelia, la jefa de todo aquí, nada sucede sin que lo sepa Nelia, su negocio no es el hospedaje obvio, dentro del predio tiene sótanos y túneles, pabellones clausurados y habitaciones secretas, y el pago del alquiler de esas instalaciones da un verdadero dividendo, sin contar con la ciénaga donde el descarte de un cuerpo se cobra a precios internacionales.
Nelia está en decadencia pasó la época dorada, siete años de dictadura hicieron su negocio muy rentable, hoy ya no hay tanto trabajo aunque la violencia no se puede frenar solo con un cambio de gobierno, se sabe que sus clientes habituales ya no gozan de los dineros del Estado para pagar sus servicios, pero sería de necios pensar que estos grupos de tarea están inactivos, y la violencia tiene implícita una inercia histórica, donde viejos odios y rencores no desaparecen porque el gobierno diga basta ya.
De pronto en plena conversación uno de ellos me señala, apartó la mirada y sigo caminando, aunque uno no escuche a veces no es bueno ser testigo de ciertas conversaciones, decido que lo mejor es terminar el paseo y me retiro al cuarto.
No soy un hombre temeroso para nada, pero debo admitir que me siento desprotegido por mi agencia y que a lo largo de tantas misiones, muchos políticos, empresarios poderosos y agencias rivales deben ansiar mi cabeza en una estaca, digo esto porque ese mediodía decidí no bajar a almorzar, existen en el mundo del asesinato y la desaparición de personas, gentes susceptibles a ser mirados por segunda ves.

© GVmorphine